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{"id":9032,"date":"2020-03-05T19:45:59","date_gmt":"2020-03-05T18:45:59","guid":{"rendered":"http:\/\/fiatgarabandal.com\/?p=9032"},"modified":"2020-05-05T12:53:27","modified_gmt":"2020-05-05T10:53:27","slug":"una-hora-de-preparacion-para-la-muerte","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/una-hora-de-preparacion-para-la-muerte\/","title":{"rendered":"Una hora de preparaci\u00f3n para la muerte"},"content":{"rendered":"\t\t
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UNA HORA DE PREPARACI\u00d3N\n PARA LA MUERTE\n con <\/h1>\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t
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\u00a0<\/h4>

Dictada a Mar\u00eda Valtorta<\/span><\/h4>

14 de julio de 1946<\/span><\/h4>

Dice Jes\u00fas:<\/span><\/h4>

\u201cDict\u00e9 una Hora Santa para quienes lo deseaban. Desvel\u00e9 mi Hora de Agon\u00eda del Getseman\u00ed para otorgarte un gran premio;<\/a><\/span> porque no hay acto de confianza mayor entre amigos que el de desvelar al amigo el propio dolor. Ni la risa ni el beso son la prueba suprema del amor, sino el llanto y el dolor comunicados al amigo. T\u00fa, amiga m\u00eda, lo has conocido. Porque estuviste en el Getseman\u00ed. Ahora est\u00e1s en la Cruz y pruebas penas de muerte. Ap\u00f3yate en tu Se\u00f1or mientras que \u00c9l te da una Hora de preparaci\u00f3n para la muerte\u201d.<\/span><\/h4>

I.<\/span><\/h4>

\u201cPadre m\u00edo, si es posible, que pase de m\u00ed este c\u00e1liz\u201d.<\/span><\/h4>

No es una de las siete Palabras de la Cruz, pero es ya palabra de pasi\u00f3n. Es el primer acto de la Pasi\u00f3n que se inicia. Es la preparaci\u00f3n necesaria para las dem\u00e1s fases del holocausto. Es invocaci\u00f3n al Dador de la vida, resignaci\u00f3n, humildad y oraci\u00f3n en la que se trenzan, ennobleci\u00e9ndose la carne y perfeccion\u00e1ndose el alma, la voluntad del esp\u00edritu y la flaqueza de la criatura a la que repugna la muerte.<\/span>
\u201c\u00a1Padre…!\u201d. \u00a1Oh!, es la hora en la que el mundo desaparece para los sentidos y para la mente, mientras que se acerca a la velocidad de un meteoro el pensamiento sobre la otra vida, sobre lo desconocido, sobre el juicio. El hombre, siempre un infante aunque sea centenario, es como un ni\u00f1o asustado que se ha quedado solo y busca el seno de Dios.<\/span>
Marido, mujer, hermanos, hijos, padres, amigos… Lo eran todo mientras que la vida estaba lejos de la muerte, mientras que la muerte era tan s\u00f3lo un pensamiento oculto entre tinieblas lejanas. Pero ahora que la muerte sale de entre los velos y avanza, se invierte la situaci\u00f3n, y son los padres, los hijos, los amigos, los hermanos, el marido y la mujer quienes pierden sus rasgos definidos, su valor afectivo, empa\u00f1\u00e1ndose ante el avance de la muerte. Como voces que se van debilitando con la distancia, las cosas de la tierra van perdiendo vigor a la vez que lo adquiere lo del m\u00e1s all\u00e1, aquello que hasta ayer parec\u00eda tan lejano… Y un movimiento de miedo se apodera de la criatura.<\/span>
Si no fuese penosa y temerosa, la muerte no ser\u00eda el extremo castigo y el medio extremo de expiaci\u00f3n concedido al hombre. Hasta que no existi\u00f3 la Culpa, la muerte no fue tal sino dormici\u00f3n. Y donde no hubo culpa tampoco hubo muerte, como ocurri\u00f3 con Mar\u00eda Sant\u00edsima.<\/span>
Yo mor\u00ed porque sobre M\u00ed gravitaba todo el Pecado, y conoc\u00ed el horror de morir.<\/span>
\u201c\u00a1Padre!\u201d. \u00a1Oh!, este Dios tantas veces no amado o amado en \u00faltimo lugar, despu\u00e9s de que el coraz\u00f3n am\u00f3 a parientes y amigos, de que tuvo otros amores indignos con criaturas viciosas o am\u00f3 las cosas como a dioses, este Dios tan frecuentemente olvidado, que permiti\u00f3 que se le olvidase, que nos dej\u00f3 libres de olvidarle, que dej\u00f3 hacer, que a veces fue escarnecido, otras maldecido, otras negado, he aqu\u00ed que vuelve a surgir en la mente del hombre recobrando sus derechos. Brama: \u201c\u00a1Yo soy!\u201d y para no hacernos morir de espanto con la revelaci\u00f3n de su poder, mitiga ese potente \u201cYo soy\u201d con una palabra suave: \u201cPadre\u201d.<\/span>
\u201cYo soy tu Padre\u201d. Y ya no es terror, sino abandono en \u00c9l, el sentimiento que despierta esta palabra.<\/span>
Yo, Yo que deb\u00eda morir y comprend\u00eda lo que es morir despu\u00e9s de haber ense\u00f1ado a los hombres a vivir llamando \u201cPadre\u201d al Alt\u00edsimo Yahveh, os ense\u00f1\u00e9 a morir sin terror llamando \u201cPadre\u201d al Dios que vuelve a surgir entre los espasmos de la agon\u00eda o se hace m\u00e1s presente al esp\u00edritu del moribundo.<\/span>
\u201c\u00a1Padre!\u201d. \u00a1No tem\u00e1is! \u00a1Vosotros que mor\u00eds, no tem\u00e1is a este Dios que es Padre! No se presenta justiciero, provisto de registros y de hachas, ni c\u00ednico arranc\u00e1ndoos de la vida y de los afectos, sino que viene con los brazos abiertos diciendo: \u201cTorna a tu morada. Ven al descanso. Yo te compensar\u00e9 con abundancia por cuanto dejas aqu\u00ed. Y, te lo juro, en mi seno har\u00e1s mucho m\u00e1s a favor de los que dejas aqu\u00ed que no permaneciendo aqu\u00ed abajo en lucha afanosa y no siempre remunerada\u201d.<\/span>
Pero la muerte siempre es dolor. Dolor por el sufrimiento f\u00edsico, dolor por el sufrimiento moral, dolor por el sufrimiento espiritual. Debe ser dolor, lo repito, si ha de ser el medio para la \u00faltima expiaci\u00f3n en el tiempo. Y en un fluctuar de nieblas, que ocultan y descubren, altern\u00e1ndose, lo que en la vida se am\u00f3, y lo que nos hace temer el m\u00e1s all\u00e1, el alma, la mente, el coraz\u00f3n, como nave atrapada en una gran tempestad, pasan \u2013de zonas tranquilas que gozan ya de la paz del inminente puerto, ya cercano, visible y tan sereno que comunica una quietud beat\u00edfica y una sensaci\u00f3n de reposo semejante al de quien, a punto de dar por concluido un esfuerzo, pregusta el gozo del pr\u00f3ximo descanso\u2013 pasan a zonas en las que la tempestad les sacude, les azota y les hace sufrir; aterrarse y gemir. Es de nuevo el mundo, el afanoso mundo con todos sus tent\u00e1culos: familia, negocios; es la angustia de la agon\u00eda, es el pavor del \u00faltimo paso… \u00bfY despu\u00e9s? \u00bfY despu\u00e9s…? La tiniebla asalta, sofoca la luz, silba sus terrores… \u00bfD\u00f3nde est\u00e1 ya el Cielo? \u00bfPor qu\u00e9 morir? \u00bfPor qu\u00e9 tener que morir? Y el grito borbotea ya en la garganta: \u201c\u00a1No quiero morir!\u201d.<\/span>
No, hermanos m\u00edos que mor\u00eds porque justo, santo es el morir al ser la voluntad de Dios. No. \u00a1No grit\u00e9is as\u00ed! Ese grito no viene de vuestra alma. Es el Adversario que sugestiona vuestra debilidad haci\u00e9ndooslo proferir. Transformad el grito rebelde y vil en un grito de amor y de confianza: \u201cPadre, si es posible, que pase de m\u00ed este c\u00e1liz\u201d. Como el arco iris tras el temporal, es entonces cuando ese grito hace tornar la luz, la calma. De nuevo veis el Cielo, las razones santas del morir y su premio que es retornar al Padre, y entonces comprend\u00e9is que tambi\u00e9n el esp\u00edritu, o mejor dicho, que el esp\u00edritu tiene derechos superiores a los de la carne porque \u00e9l es eterno y de naturaleza sobrenatural y, por eso, goza de preeminencia sobre la carne, y entonces pronunci\u00e1is la palabra que os absuelve de todos vuestros pecados de rebeli\u00f3n: \u201cpero no se haga mi voluntad sino la tuya\u201d.<\/span>
Aqu\u00ed est\u00e1 la paz, aqu\u00ed la victoria. El \u00e1ngel de Dios os ci\u00f1e y os conforta porque ganasteis la batalla preparatoria para hacer de la muerte un triunfo.<\/span><\/h4>

II.<\/span><\/h4>

\u201c\u00a1Padre, perd\u00f3nales!\u201d.<\/span><\/h4>

Es el momento de despojarse de todo cuanto supone peso para volar con mayor seguridad a Dios. No pod\u00e9is llevar con vosotros afectos ni riquezas que no sean espirituales y buenas. Y no hay hombre que muera sin tener algo que perdonar a alguno o a muchos de sus semejantes en muchas cosas y por m\u00faltiples motivos.<\/span>
\u00bfQu\u00e9 hombre hay que llegue a morir sin haber sufrido el amargor de una traici\u00f3n, de un desamor, de un enga\u00f1o, de un abuso o de otro da\u00f1o cualquiera de parte de parientes, consortes o amigos? Pues bien, es la hora de perdonar para ser perdonados. Perdonar completamente, dejando a un lado, no s\u00f3lo el rencor y el recuerdo sino hasta la persuasi\u00f3n de que el motivo de nuestro rencor era justo. Es la hora de la muerte. El tiempo, el mundo, los negocios y los afectos terminan quedando reducidos a \u201cnada\u201d. Ya s\u00f3lo existe una \u201cverdad\u201d: Dios. \u00bfPara qu\u00e9, pues, llevar m\u00e1s all\u00e1 de los umbrales lo que es de la parte de ac\u00e1 de los mismos?<\/span>
Perdonar. Y, dado que llegar a la perfecci\u00f3n del amor y del perd\u00f3n \u2013que consiste en no decir siquiera: \u201ccon todo yo ten\u00eda raz\u00f3n\u201d\u2013 es muy dif\u00edcil, demasiado dif\u00edcil para el hombre, debe traspasar al Padre el encargo de perdonar por nosotros. Entregarle nuestro perd\u00f3n a \u00c9l que no es hombre, que es perfecto, que es bueno, que es Padre, para que \u00c9l lo depure con su Fuego y se lo d\u00e9, una vez perfeccionado, a quien merezca el perd\u00f3n.<\/span>
Perdonar, a los vivos y a los muertos. S\u00ed. Tambi\u00e9n a los muertos que nos causaron dolor. La muerte lim\u00f3 muchas aristas al disgusto de los ofendidos, a veces las quit\u00f3 todas. Pero, a\u00fan perdura el recuerdo. Hicieron sufrir y se recuerda que hicieron sufrir. Este recuerdo pone siempre un l\u00edmite a nuestro perd\u00f3n. No. Ya no m\u00e1s. Ahora la muerte est\u00e1 a punto de quitar todo l\u00edmite al esp\u00edritu. Se penetra en el infinito. Hay que eliminar, por tanto, hasta este recuerdo que pone l\u00edmites al perd\u00f3n. Perdonar, perdonar para que el alma no tenga sobre s\u00ed el peso y el tormento de los recuerdos y pueda estar en paz con todos los hermanos vivos o penantes, antes de encontrarse con el Pac\u00edfico.<\/span>
\u201c\u00a1Padre, perd\u00f3nales!\u201d. Santa humildad, dulce amor del perd\u00f3n otorgado, que sobreentiende el perd\u00f3n que se pide a Dios por las ofensas para con \u00c9l y para con el pr\u00f3jimo, que tiene todo aquel que pide perd\u00f3n para los hermanos. Acto de amor. Morir en un acto de amor es ganar la indulgencia del amor. Bienaventurados los que saben perdonar en expiaci\u00f3n de todas sus durezas de coraz\u00f3n y de las culpas de la ira.<\/span><\/h4>

III.<\/span><\/h4>

\u201cHe aqu\u00ed a tu hijo\u201d.<\/span><\/h4>

\u00a1He aqu\u00ed a tu hijo! Hacer cesi\u00f3n de lo que nos es querido con previsor y santo pensamiento; abandonar los afectos y abandonarse a Dios sin resistencia. No envidiar al que posee lo que dejamos. Con esa frase pod\u00e9is confiar a Dios todo lo que m\u00e1s os interesa y que abandon\u00e1is, y todo lo que os angustia, y hasta vuestro propio esp\u00edritu.<\/span>
Recordar al Padre que es Padre. Ponerle en las manos el esp\u00edritu que torna a su Fuente. Decirle: \u201cHeme aqu\u00ed. Aqu\u00ed estoy. T\u00f3mame contigo porque me dono a Ti. No cedo forzado por las circunstancias. Me dono porque te amo como hijo que torna a su padre\u201d.<\/span>
Y decirle: \u201cHe aqu\u00ed. \u00c9stos son mis seres queridos; te los entrego. \u00c9stos son mis negocios que alguna vez me hicieron ser injusto, envidioso del pr\u00f3jimo, y que hicieron que me olvidase de Ti porque me parec\u00edan \u2013lo eran ciertamente, si bien yo los ten\u00eda por m\u00e1s de lo que eran\u2013 me parec\u00edan de capital importancia para el bienestar de los m\u00edos, para mi honor y por el aprecio que me proporcionaban. Cre\u00ed tambi\u00e9n que s\u00f3lo yo fuese capaz de administrarlos. Me cre\u00ed necesario para llevarlos a cabo. Ahora veo… que eran tan s\u00f3lo una pieza insignificante en el perfecto engranaje de tu Providencia, y muchas veces, un mecanismo imperfecto que descompon\u00eda el trabajo del organismo perfecto. Ahora que las luces y las voces del mundo cesan y todo se va alejando, veo… siento… \u00a1qu\u00e9 insuficientes, deterioradas e incompletas eran mis obras! \u00a1c\u00f3mo desentonaban con el Bien! Presum\u00ed de ser \u2018alguien\u2019. T\u00fa eras quien \u2013previsor, providente y santo\u2013 correg\u00edas mis trabajos y los hac\u00edas \u00fatiles. Presum\u00ed. Alguna vez incluso dije que no me amabas porque no me acompa\u00f1aba el \u00e9xito en lo que emprend\u00eda, como a aquellos a los que yo envidiaba. Ahora lo veo. \u00a1Ten compasi\u00f3n de m\u00ed!\u201d.<\/span>
Humilde abandono, pensamiento agradecido de la Providencia como reparaci\u00f3n de vuestras presunciones, avideces, envidias y sustituciones de Dios con pobres cosas humanas y con gula de toda suerte de riqueza.<\/span><\/h4>

IV.<\/span><\/h4>

\u201cAcu\u00e9rdate de m\u00ed\u201d.<\/span><\/h4>

Hab\u00e9is aceptado el c\u00e1liz de la muerte, hab\u00e9is perdonado y cedido lo que era vuestro, incluso hasta a vosotros mismos. Hab\u00e9is mortificado mucho el yo humano y liberado al alma de lo que desagrada a Dios: del esp\u00edritu de rebeld\u00eda, del esp\u00edritu de rencor y de codicia. Hab\u00e9is cedido al Se\u00f1or la vida, la justicia, la propiedad, la pobre vida, la m\u00e1s pobre justicia y las tres veces pobres propiedades humanas. Nuevos Jobs, os encontr\u00e1is desfallecidos y despojados ante Dios. Entonces pod\u00e9is decir: \u201cAcu\u00e9rdate de m\u00ed\u201d.<\/span>
Ya no sois nada. Ni salud, ni arrogancia, ni riqueza. No sois due\u00f1os ni de vosotros mismos. Sois oruga con posibilidad de convertiros en mariposa o de pudriros en la c\u00e1rcel del cuerpo causando una postrer herida a vuestro esp\u00edritu. Sois fango que torna al fango o fango que se transforma en estrella seg\u00fan prefir\u00e1is descender en la cloaca del Adversario o ascender en el v\u00f3rtice de Dios. La \u00faltima hora decide la vida eterna. Record\u00e1oslo. Y gritad: \u201c\u00a1Acu\u00e9rdate de m\u00ed!\u201d<\/span>
Dios aguarda aquel grito del pobre Job para colmarle de bienes en su Reino. Para un Padre es dulce perdonar, intervenir y consolar. En cuanto que escucha este grito, os dice: \u201cHijo, estoy contigo. No temas\u201d. Pronunciad esta palabra a fin de reparar las veces que os olvidasteis del Padre o fuisteis soberbios.<\/span><\/h4>

V.<\/span><\/h4>

\u201cDios m\u00edo, \u00bfpor qu\u00e9 me has abandonado?\u201d<\/span><\/h4>

A veces parece que Dios abandona. Pero s\u00f3lo se ha escondido para que aumente la expiaci\u00f3n y conceder as\u00ed mayor perd\u00f3n. \u00bfPuede el hombre lamentarse de ello con ira cuando \u00e9l abandon\u00f3 infinitas veces a Dios? Y \u00bfdebe desesperarse porque Dios le pruebe?<\/span>
\u00a1Cu\u00e1ntas cosas pusisteis en vuestro coraz\u00f3n que no eran Dios! \u00a1Cu\u00e1ntas veces fuisteis indolentes con \u00c9l! Con cu\u00e1ntas cosas le rechazasteis y echasteis de vosotros! Llenasteis vuestro coraz\u00f3n de todo y despu\u00e9s lo cerrasteis ech\u00e1ndole el cerrojo porque tem\u00edais que Dios, si entraba, pudiera turbar vuestro quietismo indolente y purificar su templo echando de \u00e9l a los usurpadores. \u00bfQu\u00e9 os importaba de Dios mientras fuisteis felices? Os dec\u00edais: \u201cTengo ya de todo porque me lo he ganado\u201d. Y cuando no fuisteis felices \u00bfacaso no huisteis de Dios culp\u00e1ndole de vuestro mal?<\/span>
\u00a1Oh! hijos injustos que beb\u00e9is el veneno, que os introduc\u00eds en los laberintos, que os arroj\u00e1is a los precipicios, a las guaridas de las serpientes y otras fieras y despu\u00e9s dec\u00eds: \u201cDios tiene la culpa\u201d. Si Dios no fuese Padre y Padre santo, \u00bfqu\u00e9 habr\u00eda de responder a vuestro lamento de las horas dolorosas cuando en las horas felices os olvidasteis de \u00c9l? \u00a1Oh! hijos injustos que, llenos de culpas como est\u00e1is, pretend\u00e9is ser tratados como no lo fue el Hijo de Dios en la hora del holocausto. Decid, \u00bfqui\u00e9n estuvo m\u00e1s abandonado? \u00bfNo fue acaso Cristo, el Inocente, quien para salvar acept\u00f3 el abandono total de Dios tras haberle amado activamente siempre? \u00bfNo llev\u00e1is acaso vosotros el nombre de \u201ccristianos\u201d? Y \u00bfno ten\u00e9is el deber de salvaros siquiera a vosotros mismos? En la turbia desidia, que se complace en s\u00ed misma y teme las molestias de acoger al Activo, no hay salvaci\u00f3n.<\/span>
Imitad pues a Cristo, lanzando este grito en el momento de mayor angustia. Pero haced que la nota del grito sea nota de mansedumbre y de humildad, no un tono de blasfemia ni de reproche. \u201c\u00bfPor qu\u00e9 me has abandonado T\u00fa que sabes que sin Ti nada puedo? Ven Padre, ven a salvarme, a infundirme fortaleza para salvarme a m\u00ed mismo, porque son horribles las apreturas de la muerte y el Adversario acrecienta ingeniosamente su poder susurr\u00e1ndome que T\u00fa ya no me amas. D\u00e9jate o\u00edr, Padre, no por mis m\u00e9ritos, sino precisamente porque soy una nada sin valor alguno que no sabe vencer si est\u00e1 s\u00f3lo, y que ahora comprende que la vida era trabajo para ir al Cielo\u201d.<\/span>
Est\u00e1 dicho: \u00a1Ay de los que se encuentran solos! \u00a1Ay de quien est\u00e1 s\u00f3lo en la hora de la muerte, solo consigo mismo contra Satan\u00e1s y contra la carne! Pero no tem\u00e1is. Si llam\u00e1is al Padre, \u00c9l acudir\u00e1. Y este humilde invocarlo expiar\u00e1 vuestras culpables torpezas para con Dios, vuestra falsa piedad y los desordenados amores del yo que os hacen indolentes.<\/span><\/h4>

VI.<\/span><\/h4>

\u201cTengo sed\u201d.<\/span><\/h4>

S\u00ed, verdaderamente, cuando se ha entendido el verdadero valor de la vida eterna respecto del falso metal de la vida terrena, cuando se ha aceptado como santa obediencia la purificaci\u00f3n del dolor y de la muerte, cuando en pocas horas, o en pocos minutos tal vez, se ha crecido en sabidur\u00eda y en gracia ante Dios m\u00e1s de cuanto se hubiera crecido en muchos a\u00f1os de vida, viene una sed profunda de aguas celestiales, de cosas celestiales. Est\u00e1n vencidas las lujurias de toda la sed humana, pero viene la sed sobrenatural de poseer a Dios. La sed del amor. El alma aspira a beber el amor y a ser absorbida por \u00e9l. Como el agua de lluvia que cae al suelo y no quiere convertirse en fango sino tornar a ser nube, as\u00ed ahora el alma tiene sed de subir al lugar del que descendi\u00f3. A punto de quedar rotos los muros carnales, la prisionera percibe ya las auras del Lugar de origen y lo anhela con todo su ser.<\/span>
\u00bfCu\u00e1l es el peregrino exhausto que, viendo ya pr\u00f3ximo, tras largos a\u00f1os, el lugar nativo, no concentra todas sus fuerzas y prosigue veloz, tenaz, despreocupado de todo lo que no sea llegar al sitio del que un d\u00eda parti\u00f3 dejando en \u00e9l su verdadero bien que ahora est\u00e1 seguro de recobrar y de gustar mucho m\u00e1s, dada la experiencia que tiene del pobre bien que no sacia y que encontr\u00f3 en el lugar del exilio?<\/span>
\u201cTengo sed\u201d. Sed de Ti, mi Dios. Sed de tenerte. Sed de poseerte. Sed de darte. Porque en los umbrales entre la Tierra y el Cielo se sabe ya entender, como se debe, el amor al pr\u00f3jimo, y viene un deseo de actuar para dar a Dios al pr\u00f3jimo que dejamos. Es la santa laboriosidad de los santos que, cual granos muertos convertidos en espiga, se desbordan en amor para proporcionar amor y hacer que ame a Dios aquel que a\u00fan est\u00e1 debati\u00e9ndose en las luchas de la Tierra.<\/span>
\u201cTengo sed\u201d. Una vez llegada el alma a los umbrales de la Vida, no hay m\u00e1s que un agua que sacie: el Agua viva, Dios mismo. El Amor verdadero: Dios mismo. Amor contrapuesto al ego\u00edsmo.<\/span>
El ego\u00edsmo muri\u00f3 en los justos antes que la carne y el que reina en ellos es el amor que grita: \u201cTengo sed de Ti y de almas. Salvar. Amar. Morir para gozar de la libertad de amar y de salvar. Morir para nacer. Dejar para poseer. Rechazar toda dulzura, todo consuelo, porque todo lo de aqu\u00ed abajo es vanidad y lo que el alma tan s\u00f3lo quiere es anegarse en el r\u00edo, en el oc\u00e9ano de la Divinidad, beber de Ella, estar en Ella sin tener m\u00e1s sed, al acogerle la Fuente del Agua de la Vida\u201d. Hay que tener esta sed en reparaci\u00f3n del desamor y de la lujuria.<\/span><\/h4>

VII.<\/span><\/h4>

\u201cTodo est\u00e1 cumplido\u201d.<\/span><\/h4>

Todas las renuncias, todos los sufrimientos, todas las pruebas, las luchas, las victorias, las ofrendas: todo. Ya s\u00f3lo resta presentarse ante Dios. Concluy\u00f3 el tiempo concedido a la criatura para llegar a ser un dios, lo mismo que el concedido a Satan\u00e1s para tentarla. Cesa el dolor, cesa la prueba, cesa la lucha. Quedan \u00fanicamente el juicio y la amorosa purificaci\u00f3n, o llega de inmediato la bienaventurada morada del Cielo. Cuanto es Tierra y voluntad humana lleg\u00f3 a su fin. \u00a1Todo est\u00e1 cumplido! \u00c9sta es la palabra de la completa resignaci\u00f3n o del gozoso reconocimiento de haber terminado la prueba y consumado el holocausto.<\/span>
No me refiero aqu\u00ed a los que mueren en pecado mortal, quienes no dicen: \u201ctodo est\u00e1 cumplido\u201d, sino que, con un grito de victoria y un llanto de dolor, lo dicen por ellos el \u00e1ngel de las tinieblas, victorioso y el \u00e1ngel de la guarda, vencido.<\/span>
Me refiero a los pecadores arrepentidos, a los buenos cristianos o a los h\u00e9roes de la virtud. \u00c9stos, cada vez m\u00e1s vivos en su esp\u00edritu al tiempo que la muerte se apodera de la carne, murmuran o gritan, resignados o gozosos: \u201cTodo est\u00e1 consumado. El sacrificio ha terminado. \u00a1T\u00f3malo como expiaci\u00f3n m\u00eda! \u00a1T\u00f3malo como mi ofrenda de amor!\u201d As\u00ed dicen los esp\u00edritus con la pen\u00faltima palabra, seg\u00fan sea que sufran la muerte por ley com\u00fan o, como almas v\u00edctimas, la ofrezcan en voluntario sacrificio.<\/span>
Pero tanto unas como otras, una vez llegadas a la liberaci\u00f3n de la materia, reclinan su esp\u00edritu en el seno de Dios diciendo: \u201cPadre, en tus manos encomiendo mi esp\u00edritu\u201d.<\/span><\/h4>

\u201cMar\u00eda, \u00bfsabes lo que supone expirar con esta elevaci\u00f3n hecha viva en el coraz\u00f3n? Es expirar en el beso de Dios. Hay muchas preparaciones para la muerte. Mas, cr\u00e9eme, \u00e9sta, basada en mis palabras, es, dentro de su sencillez, la m\u00e1s santa de todas\u201d.<\/span><\/h4><\/div><\/td><\/tr><\/tbody><\/table><\/div>\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/section>\n\t\t\t\t
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Ultima esp\u00eda de amor<\/h2>\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/section>\n\t\t\t\t
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\n\t\t\t\n\t\t\t\t\t\t\n\t\t\t\t\t\t\t\t\tMar\u00eda Valtorta<\/span>\n\t\t\t\t\t<\/span>\n\t\t\t\t\t<\/a>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t
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\u00a0<\/h2>

Jes\u00fas le dice a Luisa Picarreta<\/span><\/h4>

35-40 Marzo 22, 1938<\/b><\/span><\/h4>

La \u00faltima esp\u00eda de amor\u00a0<\/b>en el punto de la muerte.<\/b><\/span><\/h4>

(7) Ahora hija m\u00eda, hasta en tanto que no comienza la culpa en la criatura, todo es Voluntad m\u00eda, y en cuanto comienza la culpa, as\u00ed comienzan las l\u00e1grimas, los dolores de esta Madre Celestial.\u00a0 \u00a1Oh, c\u00f3mo llora por su hijo!\u00a0 Pero no lo deja, su amor la ata a vivir en aquella criatura para darle vida, y si bien se siente como sofocar su Vida Divina, la cual ni siquiera es conocida ni amada, su amor es tanto que sigue su Vida, aunque la ofendiese, para darle una sorpresa de amor para salvar a su hijo. <\/span>Nuestra bondad, nuestro amor es tanto, que intentamos todos los caminos, usamos todos los medios para arrancarlo del pecado, para ponerlo a salvo, y si no lo logramos en vida, le hacemos la \u00faltima sorpresa de amor en el punto mismo de la muerte.<\/span><\/b>\u00a0 T\u00fa debes saber que en aquel punto es la \u00faltima esp\u00eda de amor que hacemos a la criatura, la circundamos de gracias, de luz, de bondad; ponemos tales ternuras de amor, de ablandar y vencer los corazones m\u00e1s duros, y cuando la criatura se encuentra entre la vida y la muerte, entre el tiempo que termina y la eternidad que est\u00e1 por comenzar, casi en el acto en el que el alma est\u00e1 por salir del cuerpo, Yo, tu Jes\u00fas, me hago ver con una amabilidad que rapta, con una dulzura que encadena y endulza las amarguras de la vida, especialmente las de aquel punto extremo; despu\u00e9s la miro, pero con tanto amor de arrancarle un acto de dolor, un acto de amor, una adhesi\u00f3n a mi Voluntad<\/span>.<\/b>\u00a0Ahora, en aquel punto de desenga\u00f1o,<\/span> <\/span>al ver, al tocar con la mano cu\u00e1nto la hemos amado y la amamos, sienten tal dolor que se arrepienten de no habernos amado,<\/span> y reconocen nuestra Voluntad como principio y cumplimiento de su vida, y como satisfacci\u00f3n aceptan la muerte, para cumplir un acto de nuestra Voluntad.<\/b>Porque t\u00fa debes saber que si la criatura no hiciera ni siquiera un acto de Voluntad de Dios, las puertas del Cielo no son abiertas, ni es reconocida como heredera de la patria celestial, ni los \u00e1ngeles ni los santos la pueden admitir entre ellos, ni ella quisiera entrar<\/span><\/i>, porque conocer\u00eda que no le pertenece.\u00a0Por eso, sin nuestra Voluntad no hay ni santidad verdadera ni salvaci\u00f3n, y <\/span>cu\u00e1ntos son salvados en virtud de esta nuestra \u00faltima esp\u00eda toda de amor,<\/span> excepto los m\u00e1s perversos y obstinados, si bien les convendr\u00e1 hacer una larga etapa de purgatorio.\u00a0<\/b>Por eso el punto de la muerte es nuestra pesca diaria, el reencuentro del hombre extraviado\u201d.<\/b><\/span><\/h4>

(8)Despu\u00e9s ha agregado:\u00a0 \u201cHija m\u00eda, <\/span>el punto de la muerte es la hora del desenga\u00f1o, y todas las cosas se presentan en aquel punto, la una despu\u00e9s de la otra, para decirle:\u00a0 \u2018Adi\u00f3s, la tierra para ti ha terminado, comienza la eternidad\u2019.\u00a0<\/b>Sucede para la criatura como cuando se encuentra encerrada en una habitaci\u00f3n y le es dicho que detr\u00e1s de esta habitaci\u00f3n hay otra, en la cual est\u00e1 Dios, el para\u00edso, el purgatorio, el infierno, en suma, la eternidad, pero ella nada ve, escucha que otros se lo aseguran, pero como aquellos que lo dicen tampoco lo ven, lo dicen de tal manera que casi no se hacen creer, no dando una gran importancia para hacer creer con realidad, con certeza, lo que dicen con las palabras, pero <\/span>un buen d\u00eda caen los muros y ve con sus propios ojos lo que antes le dec\u00edan, ve a su Padre Dios que con tanto amor la ha amado, ve uno por uno los beneficios que le ha hecho, ve c\u00f3mo est\u00e1n lesionados todos los derechos de amor que le deb\u00eda, ve c\u00f3mo su vida era de Dios, no suya, todo se le pone delante:\u00a0 Eternidad, para\u00edso, purgatorio, infierno; la tierra le huye, los placeres le voltean la espalda, todo desaparece, y solamente queda presente lo que est\u00e1 en aquella estancia de la cual han ca\u00eddo los muros, lo cual es la eternidad.\u00a0 \u00a1Qu\u00e9 cambio sucede para la pobre criatura!<\/b> Mi bondad es tanta por querer a todos salvados, que permito que estos muros caigan cuando las criaturas se encuentran entre la vida y la muerte, entre el salir el alma del cuerpo para entrar en la eternidad, a fin de que al menos hagan un acto de dolor y de amor, y reconozcan a mi Voluntad adorable sobre de ellas.\u00a0 <\/b>Puedo decir que les doy una hora de verdad para ponerlas a salvo.\u00a0 \u00a1Oh, si todos supieran mis industrias de amor que hago en el \u00faltimo punto de la vida, a fin de que no huyan de mis manos m\u00e1s que paternas, no esperar\u00edan llegar a\u00a0 aquel punto, sino que me amar\u00edan por toda la vida!\u201d<\/span><\/span><\/p>

9-36 Julio 4, 1910<\/strong><\/p>

La agon\u00eda del huerto fue en modo especial para ayuda de los moribundos, la agon\u00eda de la cruz fue para ayuda del \u00faltimo punto, propiamente para el \u00faltimo respiro.<\/p>

Continuando mi habitual estado lleno de privaciones y de amargura, estaba pensando en la agon\u00eda de Nuestro Se\u00f1or, y entonces \u00c9l me dijo:<\/p>

\u201cHija m\u00eda, quise sufrir en modo especial la agon\u00eda del huerto para dar ayuda a todos los moribundos para bien morir.<\/strong> Mira bien c\u00f3mo se combina mi agon\u00eda con la agon\u00eda de los cristianos: Tedios, tristezas, angustias, sudor de sangre; sent\u00eda la muerte de todos y de cada uno como si realmente muriese por cada uno en particular,<\/span> por lo tanto sent\u00eda en M\u00ed los tedios, las tristezas, las angustias de cada uno, y con esto daba a todos ayuda, consuelo, esperanza, para hacer que como Yo sent\u00eda sus muertes en M\u00ed, as\u00ed ellos pudieran tener la gracia de morir todos en M\u00ed, como dentro de un solo aliento, con mi aliento, y\u00a0 s\u00fabito beatificarlos con mi Divinidad.<\/span><\/p>

Si la agon\u00eda del huerto fue en modo especial para los moribundos, la agon\u00eda de la cruz fue para ayuda del \u00faltimo momento, especialmente para el \u00faltimo respiro.<\/strong> Ambas son<\/p>

agon\u00edas, pero una distinta de la otra: La agon\u00eda del huerto llena de tristezas, de temores, de afanes, de espantos; la agon\u00eda de la cruz, llena de paz, de calma imperturbable, y si grit\u00e9 tengo sed, era sed insaciable de que todos pudieran expirar en mi \u00faltimo respiro<\/strong>; y viendo que muchos se sal\u00edan de mi \u00faltimo respiro, por el dolor grit\u00e9 tengo sed, y este tengo sed lo contin\u00fao gritando a todos y a cada uno, como timbre a la puerta de cada coraz\u00f3n: \u201cTengo sed de ti, oh alma. Ah, no salgas de M\u00ed, sino entra en M\u00ed y expira Conmigo\u201d<\/span>. As\u00ed que son seis horas de mi Pasi\u00f3n que di a los hombres para bien morir, las tres del huerto fueron para ayuda de la agon\u00eda, las tres de la cruz para ayuda en el \u00faltimo suspiro de la muerte.<\/strong> Despu\u00e9s de esto, \u00bfqui\u00e9n no debe mirar sonriente a la muerte?<\/span> Mucho m\u00e1s para quien me ama, para quien busca sacrificarse sobre mi misma cruz. Mira c\u00f3mo es bella la muerte y c\u00f3mo hace cambiar las cosas, en vida fui despreciado, los mismos milagros no hicieron los efectos de mi muerte; a\u00fan sobre la cruz hubo insultos, pero en cuanto expir\u00e9, la muerte tuvo la fuerza de cambiar las cosas, todos se golpeaban el pecho confes\u00e1ndome por verdadero Hijo de Dios, mis mismos disc\u00edpulos tomaron valor, y aun aquellos ocultos se hicieron atrevidos y pidieron mi cuerpo d\u00e1ndome honorable sepultura; Cielo y tierra a plena voz me confesaron Hijo de Dios. La muerte es una cosa grande, sublime; y esto sucede tambi\u00e9n para mis mismos hijos<\/strong>, en vida despreciados, pisoteados, aquellas mismas virtudes que como luz deber\u00edan brillar entre quienes los rodeaban, quedan medio veladas, sus hero\u00edsmos en el sufrir, sus abnegaciones, su celo por las almas, arrojan claridad y dudas en los presentes, y Yo mismo permito estos velos para conservar con m\u00e1s seguridad la virtud de mis amados hijos. Pero apenas mueren, estos velos, no siendo m\u00e1s necesarios, Yo los retiro y las dudas se hacen certezas, la luz se hace clara, y esta luz hace apreciar su hero\u00edsmo, se hace entonces aprecio de todo, aun de las cosas m\u00e1s peque\u00f1as, as\u00ed que lo que no se puede hacer en vida, lo suple la muerte, y esto es para lo que sucede ac\u00e1 abajo; y por lo que sucede all\u00e1 arriba es propiamente sorprenderte y envidiable a todos los mortales\u201d.<\/p>

\u00a0<\/p>

20-28\u00a0<\/b>Noviembre 21, 1926<\/span><\/h4>

Ternura de Jes\u00fas en el punto de la muerte.\u00a0\u00a0<\/b><\/span><\/h4>

(1) Me sent\u00eda toda afligida por la muerte de improviso de una hermana m\u00eda, el temor de que mi amable Jes\u00fas no la tuviese Consigo me desgarraba el \u00e1nimo y al venir mi sumo Bien Jes\u00fas le he dicho mi pena, y \u00c9l todo bondad me ha dicho:<\/span><\/h4>

(2) \u201cHija m\u00eda, no temas, \u00bfno est\u00e1 acaso mi Voluntad que suple a todo, a los mismos Sacramentos y a todas las ayudas que se pueden dar a una pobre moribunda?\u00a0 Mucho m\u00e1s cuando no est\u00e1 la voluntad de la persona de no querer recibir los Sacramentos y todas las ayudas de la Iglesia, que como madre da en aquel punto extremo.\u00a0Debes saber que mi Querer al arrebatarla de la tierra de improviso me la ha hecho circundar por la ternura de mi Humanidad, mi coraz\u00f3n humano y divino ha puesto en campo de acci\u00f3n mis fibras m\u00e1s tiernas, de modo que sus defectos, sus debilidades, sus pasiones, han sido miradas y pesadas con tal fineza de ternura infinita y divina, y cuando Yo pongo en campo mi ternura no puedo hacer menos que tener compasi\u00f3n y dejarla pasar a buen puerto, como triunfo de la ternura de tu Jes\u00fas.\u00a0 Y adem\u00e1s, \u00bfno sabes t\u00fa que donde faltan las ayudas humanas abundan las ayudas divinas?\u00a0 T\u00fa temes porque no hab\u00eda nadie a su alrededor y si quiso ayuda no tuvo a quien pedirla.\u00a0 \u00a1Ah, hija m\u00eda, en aquel punto las ayudas humanas cesan, no tienen ni valor ni efecto, porque el alma entra en el acto \u00fanico y primero con su Creador, y en este acto primero a ninguno le es dado entrar, y adem\u00e1s, a quien no es un perverso, la muerte repentina sirve para no hacer poner en campo la acci\u00f3n diab\u00f3lica, sus tentaciones, los temores que con tanto arte arroja en los moribundos, porque se los siente arrebatar sin poderlos tentar ni seguir, por eso lo que se cree desgracia por los hombres, muchas veces es m\u00e1s que gracia\u201d.<\/span><\/h4>

\u00a0<\/h4>\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t
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\n\t\t\t\n\t\t\t\t\t\t\n\t\t\t\t\t\t\t\t\tEn qu\u00e9 consiste el purgatorio<\/span>\n\t\t\t\t\t<\/span>\n\t\t\t\t\t<\/a>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t
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UNA HORA DE PREPARACI\u00d3N PARA LA MUERTE con Luisa PIcarreta   Dictada a Mar\u00eda Valtorta 14 de julio de 1946 Dice Jes\u00fas: \u201cDict\u00e9 una Hora Santa para quienes lo deseaban. Desvel\u00e9 mi Hora de Agon\u00eda del Getseman\u00ed para otorgarte un gran premio; porque no hay acto de confianza mayor entre amigos que el de desvelar […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"aside","meta":{"ocean_post_layout":"full-screen","ocean_both_sidebars_style":"","ocean_both_sidebars_content_width":0,"ocean_both_sidebars_sidebars_width":0,"ocean_sidebar":"0","ocean_second_sidebar":"0","ocean_disable_margins":"on","ocean_add_body_class":"","ocean_shortcode_before_top_bar":"","ocean_shortcode_after_top_bar":"","ocean_shortcode_before_header":"","ocean_shortcode_after_header":"","ocean_has_shortcode":"","ocean_shortcode_after_title":"","ocean_shortcode_before_footer_widgets":"","ocean_shortcode_after_footer_widgets":"","ocean_shortcode_before_footer_bottom":"","ocean_shortcode_after_footer_bottom":"","ocean_display_top_bar":"off","ocean_display_header":"on","ocean_header_style":"full_screen","ocean_center_header_left_menu":"0","ocean_custom_header_template":"0","ocean_custom_logo":8721,"ocean_custom_retina_logo":0,"ocean_custom_logo_max_width":0,"ocean_custom_logo_tablet_max_width":0,"ocean_custom_logo_mobile_max_width":0,"ocean_custom_logo_max_height":0,"ocean_custom_logo_tablet_max_height":0,"ocean_custom_logo_mobile_max_height":0,"ocean_header_custom_menu":"5","ocean_menu_typo_font_family":"0","ocean_menu_typo_font_subset":"","ocean_menu_typo_font_size":0,"ocean_menu_typo_font_size_tablet":0,"ocean_menu_typo_font_size_mobile":0,"ocean_menu_typo_font_size_unit":"px","ocean_menu_typo_font_weight":"","ocean_menu_typo_font_weight_tablet":"","ocean_menu_typo_font_weight_mobile":"","ocean_menu_typo_transform":"","ocean_menu_typo_transform_tablet":"","ocean_menu_typo_transform_mobile":"","ocean_menu_typo_line_height":0,"ocean_menu_typo_line_height_tablet":0,"ocean_menu_typo_line_height_mobile":0,"ocean_menu_typo_line_height_unit":"","ocean_menu_typo_spacing":0,"ocean_menu_typo_spacing_tablet":0,"ocean_menu_typo_spacing_mobile":0,"ocean_menu_typo_spacing_unit":"","ocean_menu_link_color":"","ocean_menu_link_color_hover":"","ocean_menu_link_color_active":"","ocean_menu_link_background":"","ocean_menu_link_hover_background":"","ocean_menu_link_active_background":"","ocean_menu_social_links_bg":"","ocean_menu_social_hover_links_bg":"","ocean_menu_social_links_color":"","ocean_menu_social_hover_links_color":"","ocean_disable_title":"default","ocean_disable_heading":"on","ocean_post_title":"---","ocean_post_subheading":"","ocean_post_title_style":"background-image","ocean_post_title_background_color":"","ocean_post_title_background":7323,"ocean_post_title_bg_image_position":"","ocean_post_title_bg_image_attachment":"","ocean_post_title_bg_image_repeat":"","ocean_post_title_bg_image_size":"","ocean_post_title_height":300,"ocean_post_title_bg_overlay":0.5,"ocean_post_title_bg_overlay_color":"#fff4a5","ocean_disable_breadcrumbs":"default","ocean_breadcrumbs_color":"","ocean_breadcrumbs_separator_color":"","ocean_breadcrumbs_links_color":"","ocean_breadcrumbs_links_hover_color":"","ocean_display_footer_widgets":"default","ocean_display_footer_bottom":"default","ocean_custom_footer_template":"0","ocean_post_oembed":"","ocean_post_self_hosted_media":"","ocean_post_video_embed":"","ocean_link_format":"","ocean_link_format_target":"self","ocean_quote_format":"","ocean_quote_format_link":"post","ocean_gallery_link_images":"off","ocean_gallery_id":[],"footnotes":""},"categories":[24],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9032"}],"collection":[{"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9032"}],"version-history":[{"count":56,"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9032\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9143,"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9032\/revisions\/9143"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9032"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9032"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/fiatgarabandal.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9032"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}