No dejes de escuchar la entrevista que Guillermina Alvarez le hace al Dr. Salvador Tomassiny. Tomarás conciencia de la importancia de las verdades contenidas en el Libro de  Cielo. ¡Te va en ello la eternidad!!

13-54

Enero 25, 1922

Cada verdad contiene en sí una bienaventuranza, felicidad, alegría y belleza distinta. Qué significará conocer una verdad de más acerca de la Divina Voluntad cuando el alma esté en el cielo.

 Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús al venir me ha dicho:

  • “Hija mía, por cuantas verdades de más te manifiesto, tantas especialidades de bienaventuranzas te hago en don; cada verdad contiene en sí una beatitud, felicidad, alegría y belleza distinta, así que cada verdad de más que conoces pone en ti una bienaventuranza, una felicidad, alegría, belleza, de las cuales tú quedas enriquecida; son semillas divinas que el alma recibe, y que manifestándolas a los demás les comunica estas semillas y enriquece a quien las recibe. Ahora, las verdades conocidas en la tierra, siendo semillas divinas que germinan beatitud, alegría, etc., en el Cielo, cuando el alma esté en su patria serán hilos eléctricos de comunicación, por medio de los cuales la Divinidad hará salir de su seno tantos actos de beatitud por cuantas verdades el alma ha conocido, ¡oh! cómo quedará inundada por tantos diversos mares inmensos. Ya la semilla la tienes, con tener la semilla tienes el vacío donde poder recibir estos mares inmensos de felicidad, de alegría y de belleza; quien no tiene la semilla, quien no ha conocido una verdad en la tierra, le falta el vacío para poder recibir estas bienaventuranzas. Sucede como cuando un pequeño no ha querido estudiar otros idiomas, haciéndose grande y oyendo hablar en aquellos idiomas que no quiso o no pudo estudiar, no entenderá nada, porque su inteligencia con no querer estudiarlos quedó cerrada y no hizo ningún esfuerzo para preparar un lugarcito para comprender esas lenguas, a lo más quedará admirado, gozará de la felicidad de los demás, pero él ni la poseerá ni será causa de felicidad a los demás. Ve entonces qué significa conocer una verdad de más o una verdad de menos, si todos supieran qué grandes bienes se pierden, harían competencia para hacer adquisición de verdades. Ahora, las verdades son las secretarias de mis bienaventuranzas, y si Yo no las manifiesto a las almas, esas verdades no rompen el secreto que contienen y continúan nadando en mi Divinidad esperando su turno para hacerla de agentes divinos y hacerme conocer, cuántas beatitudes de más contengo, y por cuanto más largamente han estado ocultas en mi seno, con tanto más fragor y majestad salen fuera para inundar a las criaturas y manifestar mi gloria. ¿Crees tú que todo el Cielo esté al día de todos mis bienes? ¡No, no! ¡Oh, cuánto les queda por gozar y que hoy no gozan! Cada criatura que entra en el Cielo y que ha conocido una verdad de más, no conocida por los demás, llevará en ella la semilla para hacer salir de Mí nuevos contentos, nuevas alegrías y nueva belleza, de los cuales esa alma será como causa y fuente, y los demás tomarán parte. No llegará  el último de los días si no encuentro almas dispuestas para revelar todas mis verdades, para hacer que la Jerusalén Celestial resuene de mi completa gloria, y todos los bienaventurados tomen parte en todas mis bienaventuranzas, quién como causa directa por haber conocido esa verdad, y quién como causa indirecta, por medio de aquella que la ha

 

  • Ahora hija mía, quiero decirte para consolarte y para hacer que seas atenta en escuchar mis verdades, que las verdades que más me glorifican son las que se refieren a mi Voluntad, causa primaria por la que cree al hombre, que su voluntad fuera una con la de su Creador; pero el hombre habiéndose sustraído de mi Voluntad se hizo indigno de conocer el valor y los efectos y todas las verdades que Ella contiene. He aquí el por qué  de todas mis premuras contigo, para hacer que entre Yo y tú los quereres corrieran juntos  y estuvieran siempre en sumo acuerdo, porque para hacer que el alma pueda abrir las puertas y disponerse a conocer las verdades que mi Voluntad contiene, lo primero es querer vivir de mi Querer, lo segundo es querer conocerlo,  lo tercero es apreciarlo.  Por eso contigo he abierto las puertas de mi Voluntad, a fin de que conocieras sus secretos  que el hombre había sepultado en mi seno, los efectos y el valor que Ella contiene, y por cuantas verdades conoces de mi Voluntad tantas semillas recibes y tantos secretarios divinos te hacen cortejo. ¡Oh!  cómo hacen fiesta en torno a ti, pues han encontrado a  quien confiar su secreto, pero la fiesta más bella la harán cuando te conduzcan al Cielo, cuando la Divinidad, a tu primer entrar, hará salir tantas diversas bienaventuranzas  distintas entre ellas, de alegría, de felicidad y de belleza, que no sólo te inundarán a ti, sino que todos los bienaventurados tomarán parte. ¡Oh, cómo el Cielo espera tu llegada para gozar de estos nuevos contentos!”
 

36-13

Junio 12, 1938

Las verdades son portadoras de semillas divinas. Los conocimientos forman las nuevas Vidas Divinas. Correspondencia de gloria que tendrá en el Cielo. Quien vive abandonada en los brazos de

Jesús es su preferida.

 Estoy siempre de regreso en el Querer Divino, su inmensidad es tanta, que mientras estoy en su mar queriendo abrazar todos sus actos, y no habiéndolo hecho aún porque se necesitan siglos para hacerlo, más bien, todos los siglos no me bastarían para poder abrazar todos sus actos, es por eso que a mi pequeñez le parece como que regreso, mientras que estoy. Así, mientras me perdía en el Fiat, mi dulce Jesús que siente la necesidad de amor de querer decir hasta donde puede llegar el alma que quiere vivir en su Querer, me ha dicho:

  • “Hija mía bendita, mi amor sólo se apacigua y se aquieta en sus ansias, se calma en sus delirios, cuando Yo hablo de mi Divina Voluntad; en mi palabra, en las verdades que manifiesto acerca de Ella, mi amor toma un dulce reposo, porque ve que su amor toma lugar en las criaturas para a su vez ser amado, y mi Voluntad forma su Vida. Es necesario manifestar los méritos, los bienes que hay en mi Voluntad para atraer, enamorar, arrebatar a las criaturas a vivir en Ella, de otra manera no se moverán. Tú debes saber que cada conocimiento que manifiesto, y cada acto hecho en mi Querer cortejado por el conocimiento que he manifestado, es una semilla divina que el alma adquiere; esta semilla producirá nueva ciencia divina, y ¡oh! cómo sabrá hablar el lenguaje de su Creador. Cada verdad será un nuevo lenguaje celestial que tendrá virtud de hacerse entender por quien lo escucha y quiera recibir esta semilla divina, esta semilla producirá nueva vida de santidad, nuevo amor, nueva bondad, nuevas alegrías y felicidad; estas semillas de mis verdades serán tantas nuevas propiedades divinas que el alma adquirirá, y es tanta la gloria que recibimos cuando el alma obra en nuestro Querer, que la comunicamos a todos los bienaventurados. Tú debes saber que por cuantas semillas divinas el alma adquiere en virtud de los conocimientos sobre mi Fiat, tantos más grados de nuestro conocimiento y gloria nuestra le participaremos, cuando habiendo terminado su vida acá abajo, se vendrá a nuestra patria celestial. Ahora, al conocimiento adquirido en la tierra le corresponderá el doble de conocimiento, que adquirirá de nuestro Ente Supremo en nuestra morada celestial, y cada semilla divina que haya recibido será un grado más de gloria, de alegría y de felicidad. Así que la felicidad, la alegría, el gozo, la gloria de los bienaventurados, será proporcionada por cuanto nos hayan conocido. Nosotros con los bienaventurados, nos encontramos en las condiciones de un tal que no ha estudiado las diversas lenguas, y oyéndolas hablar no entenderá nada, y no sólo esto, sino que no lo podrán ocupar como maestro para enseñar las diferentes lenguas y hacerlo ganar un mayor salario, por lo tanto se deberá contentar con enseñar lo poco que sabe y ganar poco. Así nos encontramos Nosotros, si no nos conocen en la tierra, no forman el lugar en sus almas para recibir todas nuestras alegrías y felicidad, y si les queremos dar, no les entrarán y no entenderán nada, así que la gloria de los bienaventurados corresponderá a cuantos actos de voluntad han hecho en nuestro Querer Divino; y aumentará la gloria, las alegrías, de acuerdo a los conocimientos de más que hayan adquirido, un conocimiento de más hará subir al bienaventurado a una altura tan grande, que hará que se maraville toda la corte celestial, porque un conocimiento de más es una nueva Vida Divina que el alma adquiere, la cual posee bienes y alegrías infinitas; ¿y te parece poco que el alma posea tantas nuevas Vidas Divinas nuestras como propiedad suya? Y Nosotros, ¿qué cosa no podemos dar  de alegría, de felicidad, de amor, como correspondencia de estas nuestras nuevas Vidas Divinas que como propiedad suya posee? Por eso esperamos a nuestros hijos que vivirán en nuestro Querer, para hacernos conocer en la tierra, porque nuestro Querer hará de maestro para enseñarles las nuevas ciencias de su Creador, y los formará bellos, sabios, santos, nobles, según las ciencias adquiridas. Los esperamos en nuestra corte celestial para inundarlos de nuestras nuevas alegrías, bellezas y felicidad, que hasta ahora no hemos podido dar. Y como en el Cielo todos los bienaventurados están vinculados entre ellos como familia que se aman con amor perfecto, participarán en la gloria, en la alegría  de éstos, no como alegría y gloria directa, sino indirecta, por el vínculo de unión y de amor que poseen entre ellos. Por eso nuestro Ser Supremo espera con ansia a los hijos de nuestro Querer, para hacerse conocer en la tierra, para después hacer salir del fondo de nuestro Seno Divino nuevas alegrías y felicidad que no terminan jamás, porque quien vive en nuestro Querer ha adquirido en sus actos el infinito y las alegrías que no se agotan jamás”.
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Cristina

Vivir en la Divina Voluntad es poseer al mismo Dios, su Vida -que son sus actos los cuales esconden sus atributos- y por lo tanto, es vivir la misma Vida Divina. Se dice pronto.... pero para esto nos creó el Creador. Bendito sea su Nombre: YO SOY. El es un eterno presente y todo lo que hay hecho está en acto de hacerse para tomarlo en cualquier momento.