Salvador Thomassiny

Lecturas: 17-31,3  11-57  13-13  13-28  13-40  13-5  25-24  27-15  35-6  36-9  34-22

Al repetir el acto único de Dios, no sólo es «repetición», pues eso sería como poner una película, y Él no es así, si se mueve, tiene que repetir su acto, o sea una nueva Generación, una nueva procedencia, nueva creación, nueva «venida de Jesús, pero en gloria, (ya no quiere venida en humillación)», y una nueva santificación (divinización)

 

 

11-57

Agosto 20, 1913

Para vivir en la Divina Voluntad, la vida de la propia voluntad debe terminar.

(1) Mientras rezaba veía en mí a mi siempre amable Jesús y a otras almas en torno a mí, las cuales decían: “Señor, todo has puesto en esta alma”. Y extendiendo sus manos hacia mí me decían: “Ya que Jesús está en ti, y con Él todos los bienes, toma y danos a nosotras”. Yo he quedado confundida, y el bendito Jesús me ha dicho:

(2) “Hija mía, en mi Voluntad están todos los bienes posibles, y el alma que vive en Ella es necesario que esté con confianza obrando junto Conmigo como dueña. Todo esperan las criaturas de esta alma, y si no lo tienen se sienten defraudadas; ¿y cómo puede dar si no está con toda confianza obrando junto Conmigo? Por eso al alma que vive en mi Voluntad le es necesaria la confianza para dar, la simplicidad para comunicarse a todos, con el desinterés de sí para poder vivir toda para Mí y para el prójimo. Tal soy Yo”.

(3) Luego ha agregado: “Hija mía, a quien en verdad hace mi Voluntad le sucede como al árbol injertado, que la fuerza del injerto tiene virtud de hacer destruir la vida del árbol que recibe el injerto, así que no más los frutos, las hojas del primer árbol se ven, sino los del injerto, y si el primer árbol dijera al injerto, “quiero retener para mí al menos una pequeña ramita para poder dar también yo algún fruto para poder hacer conocer a todos que yo existo aún”, el injerto le respondería: “Tú no tienes ya razón de existir, después de que te has sometido a recibir mi injerto la vida será toda mía”. Así el alma que hace mi Voluntad puede decir: “Mi vida ha terminado, no más mis obras saldrán de mí, mis pensamientos, mis palabras, sino las obras, los pensamientos, las palabras de Aquél cuya Voluntad es mi vida”. Así que Yo digo a quien hace mi Querer: “Tú eres vida mía, sangre mía, huesos míos”. Entonces sucede la verdadera, real, Sacramental transformación, no en virtud de las palabras del sacerdote, sino en virtud de mi Voluntad. En cuanto el alma se decide a vivir en mi Querer, mi Voluntad me crea a Mí mismo en el alma, y a medida que mi Querer corre en la voluntad, en las obras, en los pasos del alma, tantas creaciones mías recibe. Sucede propiamente como a un cáliz lleno de partículas consagradas, por cuantas partículas hay, tantos Jesús están, uno en cada partícula. Así el alma, en virtud de mi Voluntad me contiene en todo y en cada parte de su ser; quien hace mi Voluntad hace la verdadera comunión eterna, y comunión con fruto completo”.

+  +  +

13-13

Agosto 20, 1921

Los actos hechos en el Divino Querer son nuevos cielos de amor y de gloria.

(2) “Hija mía, hija de mi Querer, Yo amo tanto a quien vive en mi Voluntad, que me hago custodio y lo tengo defendido en mis mismos brazos.  Soy celoso de que ni siquiera uno de sus actos quede perdido, porque en cada acto está comprometida mi misma Vida.  El Fiat hizo salir la Creación y del Fiat recibe continua conservación, si mi Fiat se retirara se resolvería en la nada, y si se conserva íntegra, sin cambiarse, es porque del Fiat no se ha salido, pero Yo un nuevo Fiat no lo he repetido, de otra manera saldrían otros nuevos cielos, otros nuevos soles y estrellas, uno diferente del otro; pero en el alma que vive en mi Querer no es un solo Fiat, sino repetidos Fiat, por lo cual conforme el alma obra en mi Querer, Yo repito el Fiat y se extienden nuevos cielos, nuevos soles y estrellas, y como el alma contiene una inteligencia, estos cielos son nuevos cielos de amor, de gloria, de luz, de adoración, de conocimiento, que forman tal variedad de bellezas que Yo mismo quedo raptado; todo el Cielo, los santos, los ángeles, no saben separar la mirada, porque mientras están mirando la variedad de los cielos que contiene, otros nuevos se extienden, el uno más bello que el otro, ven la patria celestial reproducida en el alma que vive en mi Querer, la multiplicidad de las cosas nuevas se multiplican al infinito ¿Cómo no debo tener custodiada esta alma y ser sumamente celoso de ella, si uno solo de sus actos vale mucho más que la misma Creación? Porque el cielo, el sol, son sin inteligencia, por eso, por parte de ellos no tienen ningún valor, todo el valor es mío; en cambio para quien vive en mi Querer, conteniendo una inteligencia, está su querer que corre en el mío, y la potencia de mi Fiat se sirve de él como materia para extender estos nuevos cielos, así que, conforme el alma obra en mi Querer, me da el deleite de formar nuevas creaciones.  Estos actos son la explicación, el desarrollo de la Vida de mi Voluntad, los prodigios de mi Querer, mi Fiat repetido, ¿cómo no debo amar a esta alma?

+  +  +

13-28

Octubre 27, 1921

Cada movimiento de la DV en la criatura da NUEVAS creaciones

La Divina Voluntad debe ser como alma al cuerpo.

(1) Estaba diciendo a mi siempre amable Jesús: “Hace ya mucho tiempo que no me pones dentro de Ti, yo ahí me sentía más segura, participaba más de tu Divinidad, y era como si la tierra no me perteneciera, y el Cielo fuera mi morada; ¿cuántas lágrimas no derramaba cuando tu Querer me ponía fuera de Ti?  El sólo sentir el aire de la tierra me era de peso insoportable, pero tu Querer vencía y yo inclinando la frente me resignaba. Ahora te siento siempre dentro de mí, y cuando deliro por verte, sólo con moverte en mi interior, o bien sacando un brazo me calmas y me das la vida; dime, ¿cuál es la causa?”

(2) Y Jesús:  “Hija mía, es justo, después de haberte llevado en mi interior toda mi Vida, es tu deber que me lleves a Mí en tu interior toda tu vida; y si te ponía en mi interior era para perfumar tu alma y extender en ti un nuevo cielo para volverla digna habitación de mi persona.  Es verdad que te sentías más segura, y las alegrías llovían sobre ti, pero la tierra no es lugar de delicias, sino que el dolor es su herencia, y la cruz es el pan de los fuertes.  Mucho más que debiendo establecer en ti el centro de mi Querer, era necesario que viviera en ti y que te sirviera como alma al cuerpo.  Mi Voluntad jamás podía descender en un alma en modo singular y fuera de lo ordinario, si no tuviera sus prerrogativas distintas, como con mi amada Mamá, no podía descender Yo, Verbo Eterno, si Ella no hubiese tenido sus prerrogativas distintas y el soplo divino no hubiera soplado en Ella como a nueva creación, para volverla admirable a todos y superior a todas las cosas creadas.  Así en ti, primero mi Humanidad ha querido hacer estable morada en ti para prepararte, y después te está dando la Vida de mi Voluntad como alma al cuerpo.  Tú debes saber que mi Voluntad debe ser como alma al cuerpo; mira, también en Nosotros sucede esto, entre las Tres Divinas Personas, nuestro amor es grande, infinito, eterno, pero si no tuviéramos una Voluntad que anima y da vida a este amor, nuestro amor estaría sin vida, sin obras; nuestra sabiduría llega a lo increíble, nuestro poder puede pulverizar todo en un minuto, y en otro minuto puede rehacerlo todo, pero si no tuviéramos una Voluntad que quisiera manifestar la maestría de nuestra sabiduría, como la manifestó en la Creación, en la cual todo ordenó y armonizó junto, y con su poder le dio su lugar en tal modo que no puede apartarse ni un tantito, tanto mi sabiduría como mi poder habrían estado sin hacer nada, y así de todos nuestros demás atributos.

(3) Ahora, así lo quiero, que mi Voluntad sea como alma al cuerpo; el cuerpo sin el alma está sin vida, a pesar de que contiene todos los sentidos, pero no ve, ni habla, ni siente, ni obra, es casi una cosa inservible y tal vez aún insoportable, pero si está animado, ¿cuántas cosas no puede hacer?  Y ¡oh! cuántos se vuelven inservibles e insoportables porque no están animados por mi Voluntad, parecen como instalaciones eléctricas sin luz, como máquinas sin movimiento, cubiertas de herrumbre y de polvo y casi impotentes al movimiento, ¡ah, cómo dan piedad!  Entonces, cada cosa que no está animada por mi Voluntad es una vida de santidad que viene a faltar, por eso quiero ser en ti como alma al cuerpo, y mi Voluntad hará nuevas sorpresas de creaciones, da nueva vida a mi amor, nuevas obras y maestría de mi sabiduría, y da nuevo movimiento a mi poder, por eso sé atenta y déjame hacer, a fin de que cumpla mi gran designio:  Que la criatura sea animada por mi Voluntad”.

+  +  +

13-40

Diciembre 10, 1921

La fecundidad de un acto en el Divino Querer.

(1) Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús ha venido diciéndome:

(2) “Hija mía, cómo es grande un acto hecho en mi Querer.  Mira, si tú preguntaras al sol, ¿cuántas semillas has fecundado?  ¿Cuántas has multiplicado desde que surgiste sobre nuestro horizonte? Ni el sol, ni ninguna criatura, por muy docta que fuera te podría responder, ni siquiera con un número aproximado, ni cuantas semillas ha fecundado, ni cuantas ha multiplicado. Ahora, un acto hecho en mi Querer es más que sol, que multiplica las semillas, no humanas sino divinas, al infinito.  ¡Oh! cómo sobrepasa a la fecundidad y la multiplicidad de las semillas que ha fecundado el sol, sucede una innovación en el mundo espiritual, una armonía por la cual todos son atraídos. Los más dispuestos al oír la armonía se enfervorizan, miles y miles de efectos surgen como tantas semillas, y como el acto hecho en mi Querer lleva consigo la potencia creadora, fecunda esas semillas en modo incalculable para la mente limitada, así que los actos hechos en mi Querer son semillas divinas que llevan consigo la potencia creadora, que más que sol fecundan, no sólo eso, sino que crean las semillas y las multiplican a lo infinito.  Estos actos me dan lugar para nuevas creaciones, ponen en movimiento mi potencia, son los portadores de la Vida Divina”.

+  +  +

13-56

Enero 30, 1922

Las verdades son nuevas creaciones.  La verdad es luz, y la luz por sí misma se extiende, pero para extenderse es necesario hacerla conocer, el resto lo hará por ella misma.

(1)Encontrándome en mi habitual estado, mi adorable Jesús al venir, viéndome toda reacia en manifestar y en escribir lo que Él me dice, con una actitud imponente que me hacía temblar me ha dicho:

(2) “Hija mía, mi palabra es creadora, y cuando hablo haciendo conocer una verdad que me pertenece, no es otra cosa que nuevas creaciones divinas que hago en el alma.  Y así como cuando creé el cielo, con un solo Fiat extendí los cielos y los tachoné de millones de estrellas, tanto, que no hay lugar de la tierra desde el que no se vea este cielo, y si de algún punto no se viera sería un deshonor a la potencia creadora, y podrían decir que la fuerza creadora no tenía poder para extenderse por todas partes, así mis verdades son más que cielo que quisiera hacer conocer a todos, desde un extremo al otro de la tierra, y como tantas estrellas pasar de boca en boca para adornarme el cielo de las verdades que he manifestado.  Si la criatura quisiera ocultar mis verdades, haría como si me quisiera impedir que creara el cielo, y con el secreto en el que quiere dejarme me daría el deshonor, como si una persona quisiera impedir que los demás mirasen el cielo, el sol, y todas las cosas creadas por Mí para no hacerme conocer. ¡Ah! hija mía, la verdad es luz, y la luz por sí misma se extiende, pero para extenderse es necesario hacerla conocer, el resto lo hará por sí misma, de otra manera quedará reprimida, sin el bien de poder iluminar y hacer el camino que quiere.  Por eso sé atenta y no me impidas el poder extender la luz de mis verdades”.

+  +  +

25-24

Febrero 10, 1929

Quien vive en el Querer Divino le presta su nada, y el Fiat se sirve de esa nada como espacio para ejercitar su creación.

(1) Estaba haciendo mi giro en la Creación para seguir todos los actos que el Fiat Divino ha hecho y está continuando en ella, y no sólo eso, sino que mi pobre mente iba buscando todo lo que el Querer Divino había hecho en Adán y en todas las generaciones, antes y después de la Redención. Me parecía que todos los actos hechos por la Divina Voluntad, tanto en la Creación como en las criaturas, eran más que soles a los cuales debía seguir, abrazar y hacerlos míos, y si bien lo hacía, mi pobre corazón no podía hacer menos de sentir las torturas de la privación de mi sumo bien Jesús, y Él, moviéndose en mi interior me ha dicho:

(2) “Hija mía, ánimo, en quien vive en mi Divina Voluntad y sigue sus actos, mi Fiat continua su creación, y en cada acto de mi Fiat que la criatura sigue, Él se pone en actitud de formar sus creaciones, y mi Fiat Divino sólo está contento cuando ve en el alma que vive en Él, alineados y ordenados todos sus actos, como una nueva creación, y por lo tanto un nuevo cielo, un nuevo sol, un mar más bello, una floración más sorprendente.  Y después, como el acto de crear al hombre fue el más bello, el más tierno, hecho en una hoguera de amor, el más intenso, quiere repetir sobre la criatura que vive en mi Querer los actos que  hicimos en el acto de crear al hombre y, ¡oh! cómo se pone en fiesta mi Fiat al repetir sus actos, porque solamente en quien vive en Él puede tener su acto de siempre crear cosas que ha hecho y cosas nuevas, porque el alma le presta su nada escombrada, donde mi Querer se sirve de ella como espacio para crear lo que quiere, casi como se sirvió del vacío del universo para extender el cielo, para crear el sol, poner límites al mar, para dar lugar a la tierra de formar sus bellas floraciones.  Es esta la causa por la que tú giras en los actos de mi Fiat, y en tu mente pasan como tantas olas de luz, en las cuales tú sigues y sientes impresa en ti, como tantas escenas, la creación del hombre en acto de ser creado, la Reina del Cielo en acto de ser concebida, el Verbo que desciende, y tantos otros actos hechos por mi Querer y la Potencia de mi Fiat creador que quiere siempre hacer, siempre dar, sin cesar jamás.  Por eso sé atenta, que se trata de mucho, nada menos debes estar en acto de recibir sobre ti el acto continuado de mi Querer creante; Él no sentirá haber cumplido su trabajo en ti si no ve todos sus actos encerrados en tu alma como testimonio y triunfo de su reinar en ti.  Por eso toda su atención es mirar si todos sus actos tienen vida en ti; pero, ¿sabes cómo vienen creados estos actos en ti? Tú, con llamarlos, con reconocerlos y amarlos, y mi Querer con pronunciar su Fiat sobre tu llamado y sobre tu amor, forma la vida de sus actos en ti, y es tanta la continuidad de su trabajo en ti, que no se detiene ni siquiera al verte torturada por el dolor de mi privación, porque tiene mucho que hacer, y por eso sigue adelante, y Yo lo dejo hacer, porque tú y Yo en todo debemos cederle el primado a nuestro Querer, por el justo triunfo de su causa, para darle campo de formar su reino”.

+  +  +

27-15

Noviembre 20, 1929

La paz es el perfume, el aire, el aliento de Jesús.  Las obras de Dios están todas ordenadas.  Cómo hace primero las cosas menores y después las mayores.  Ejemplo de la

Creación y de la Redención.

(1) Estaba pensativa por esta bendita impresión de las verdades acerca de la Divina Voluntad, y a cualquier costo habría querido impedir que publicaran cosas que me corresponden, y tantas otras cosas que me ha dicho mi amado Jesús; siento un clavo fijo en el alma que me amarga hasta la médula de mis huesos.  Entonces pensaba entre mí:  “El bendito Jesús podía hablar primero de su adorable Voluntad, y después todo lo demás, así me ahorraría este dolor que tanto me traspasa”.  Pero mientras desahogaba mis amarguras, mi siempre amable Jesús, todo bondad me ha estrechado entre sus brazos y me ha dicho:

(2) “Hija mía, ánimo, no pierdas la paz, ella es mi perfume, mi aire, es el efecto que produce mi aliento.  Así que en el alma en que no hay paz, Yo no me siento en mi morada real, me encuentro a disgusto, mi misma Divina Voluntad que en naturaleza es paz, se encuentra como el sol cuando las nubes se ponen frente a la luz e impiden que el sol resplandezca en su plenitud sobre la tierra.  Se puede decir que cuando el alma no es toda paz, no importando cuales sean las circunstancias, es para ella una jornada lluviosa, y el Sol de mi Voluntad se siente como impedido de comunicarle su Vida, su calor, su luz. Por eso tranquilízate y no formes nubes en tu alma, ellas me hacen mal y no puedo decir:  ‘Estoy en esta criatura con la paz perenne, con mis alegrías y con mi luz de mi patria celestial.’  Ahora hija de mi Querer, tú debes saber que Yo soy orden, y por eso todas mis obras son ordenadas; mira cómo la Creación es ordenada:  La finalidad de la Creación era el hombre, no obstante no creé al hombre primero, si lo hubiera hecho no habría sido ordenado, ¿dónde poner a este hombre?  ¿Dónde apoyarlo?  Sin sol que lo iluminara, sin el pabellón del cielo que le hiciera de estancia, sin plantas que lo alimentaran, todo era desorden, y mi Fiat reordenó y creó todo, y después de que formó la más bella habitación, creó al hombre.  ¿No se ve en esto el orden de tu Jesús?  Ahora, también para ti debía tener el orden, y si bien nuestra primera finalidad era el hacerte conocer nuestra Voluntad Divina, a fin de que reinase en ti como Rey en su propia morada real, y dándote sus lecciones divinas pudieses ser portavoz para hacerla conocer a los demás, pero era necesario, como en la Creación, preparar el cielo en tu alma, adornarlo de estrellas con los tantos conocimientos de las bellas virtudes que te he manifestado, Yo debía descender en lo bajo de tu voluntad humana para vaciarla, purificarla, embellecerla y reordenarla en todo.  Se puede decir que eran tantas especies de creaciones que hacía en ti, debía hacer desaparecer la antigua tierra desordenada de tu voluntad humana para volver a llamar el orden del Fiat Divino en el fondo de tu interior, que haciendo desaparecer la tierra antigua de todo tu ser, hiciera resurgir con su fuerza creadora, cielos, soles, mares de verdades sorprendentes.  Y tú sabes cómo todo esto ha sido madurado con la cruz, con el segregarte de todo, haciéndote vivir en la tierra como si para ti no fuese tierra, sino Cielo, teniéndote siempre absorbida, o Conmigo, o en el Sol de mi Fiat Divino.  Así que todo lo que he hecho en ti no ha sido otra cosa que orden que se necesitaba para darte el gran don de mi Voluntad Divina, como le fue dado al primer hombre en el principio de su creación, y por eso hubieron tantos preparativos, porque debían servir a aquel hombre que debía poseer el gran don de nuestra Voluntad como su predilecta heredad; símbolo éste de los grandes preparativos hechos en tu alma.  Por eso adora mis disposiciones y agradéceme siendo fiel.

(3) Otro ejemplo es mi Redención, y cómo es necesario hacer las obras secundarias para obtener el intento de formar las obras primarias de una finalidad prefijada.  Mi descenso a la tierra con el tomar carne humana, fue propiamente esto, de alzar nuevamente a la humanidad y dar los derechos a mi Voluntad Divina de reinar en esta humanidad, porque con el reinar en la mía, los derechos de ambas partes, humanos y divinos, readquirían el vigor.  Sin embargo se puede decir que Yo no dije casi nada, apenas alguna palabra haciendo entender que Yo había venido al mundo sólo para hacer la Voluntad del Padre Celestial, para hacer comprender su gran importancia, y en otras circunstancias dije:  ‘Es mi Madre, mis hermanas, y me pertenecen aquellos que hacen la Voluntad de mi Padre.’ Del resto callé y mientras era propiamente este el fin de constituir el reino de mi Voluntad Divina en medio de las criaturas, porque era justo que no sólo debía poner a salvo a las criaturas, sino debía poner también a salvo a mi Divina Voluntad dándole nuevamente sus derechos sobre toda carne, como lo había dado sobre la mía, de otra manera habría sido un desorden en la obra de la Redención; ¿cómo venir para poner a salvo a las criaturas, y nuestros derechos divinos, aquellos de nuestro Fiat, dejarlos ir a la ruina?  Esto no podía ser.  Pero a pesar de que la primera finalidad era de ajustar las partidas de mi Divina Voluntad, me conformé con ser como médico celeste, y dar medicina, remedios, hablaba de perdón, de desapego, instituía Sacramentos, sufrí penas atroces, hasta morir; se puede decir que era la nueva creación que preparaba para que las criaturas pudiesen recibir a mi Voluntad Divina como Rey en medio a su pueblo para hacerla reinar.  Así he hecho contigo, primero te he preparado, te he hablado de cruces, de virtudes, de amor, para disponerte a escuchar las lecciones de mi Fiat, a fin de que conociéndolo lo amases, y sintiendo en ti el gran bien de su Vida, quisieras dar su Vida a todos, haciéndolo conocer, amar y reinar”.

+  +  +

35-6

Septiembre 6, 1937

Finalidad de la Creación:  Vida hablante y obrante de Dios en la criatura.  Su palabra es la Divina Voluntad. Quien hace la propia voluntad se juega la Divina.

(1)Estoy entre los brazos del Querer Divino, el cual me ama tanto, que no quiere que descienda de sus brazos más que paternos para tenerme custodiada y hacerme crecer como Él quiere y le place, y si me oye decir que lo amo, ¡oh!, cómo festeja, y forma en torno a mí mares de su amor que a cada instante me dicen te amo, te amo.  Y mi dulce Jesús visitando mi pequeña alma, y encontrándome en los brazos de su Querer, todo contento me dice:

(2)“Hija mía bendita, cómo amo el encontrarte siempre toda abandonada en estos brazos, tu suerte está asegurada, vivirás de nuestro mismo alimento, tendremos bienes comunes.  Tú debes saber que la finalidad única por la cual creamos la Creación fue propiamente ésta:  La Creación debía servir como habitación del hombre, y el hombre debía servir como habitación nuestra, queríamos formar tantas Vidas nuestras por cuantas criaturas sacábamos a la luz del día, cada una de ellas debía poseer nuestra Vida, pero Vida hablante y obrante, no sabemos estar donde estamos sin decir nada y sin obrar, si esto fuera sería formarnos tantas cárceles que nos impondrían al silencio y a la inutilidad.  Nuestro Ente Supremo habla y obra, la palabra llama a la obra, y la obra manifiesta quiénes somos Nosotros y nos forma tales bienaventuranzas y alegrías, de volvernos felices a Nosotros y a todos aquellos que conviven con Nosotros; así que cada palabra y obra nuestra es una nueva alegría y felicidad que nos creamos.  He aquí por qué queremos formar en el hombre nuestra Vida hablante y obrante, porque debíamos formar tales maravillas de nuestro Ser Divino para crear nuevas y siempre más bellas creaciones, porque queríamos desahogar y dar curso a lo que podemos y sabemos hacer, y dar curso a las nuevas alegrías y felicidades, ¿y dónde sería todo esto?  En nuestra habitación del hombre.  ¿Pero quieres saber tú quién es nuestra palabra?  Nuestra Voluntad, Ella es la obradora de nuestras obras, la narradora de nuestro Ser Divino, la portadora y la conservadora de nuestra Vida en la criatura; sin Ella Nosotros no nos movemos de nuestro trono ni formamos vida en ninguna habitación.  Ve entonces la gran necesidad de que se posea y se viva en nuestra Divina Voluntad, porque con Ella podemos hacer todo, poner fuera nuestras obras más bellas, mantener en vigor nuestra finalidad, formar de nuestro Ser cuantas Vidas queramos; sin Ella todo es obstáculo, queda impedido nuestro amor, nuestra potencia, quedan detenidas nuestras obras, se puede decir que quedamos el Dios mudo para las criaturas.  Qué ingratitud, qué delito, reducirnos al silencio mientras queríamos honrar a las criaturas con nuestra Vida en ellas, como habitación de nuestras delicias y maravillas, nos han rechazado no dándonos la libertad de formarla, y en lugar nuestro han dado la habitación a las pasiones, al pecado y a los vicios más horribles.  Pobre hombre sin nuestra Voluntad, sin finalidad divina, sería como si quisiera vivir sin respiro, sin latido, sin circulación de sangre, que son los fundamentos de la vida humana, ¿qué vida tendría?  ¿No sería darse la muerte de un solo golpe?  Tal sería nuestra Vida en la criatura sin nuestra Voluntad, estaríamos sin respiro, sin latido, sin movimiento, sin palabra, sería una vida desgarradora, oprimente, que terminaría por morir.  Es verdad que con nuestra potencia e inmensidad envolvemos a todos, nos encontramos en todos y por todas partes, pero faltando nuestro Querer Divino en ellos jamás nos oyen hablar, no comprenden nada de nuestro Ser Supremo, viven en nuestra inmensidad porque ninguno puede escapar de Nosotros, pero faltándoles nuestro Querer no se sienten hijos nuestros, sino como extraños de Nosotros, ¡qué dolor, tener que decir tantas cosas y callar, poder obrar quién sabe cuántas maravillas y no poderlas hacer porque nuestra Voluntad no reina en ellos!  Sin embargo nuestro amor es tanto que no se detiene, somos todo ojos para ver quién quiere vivir en Ella, somos todo oídos para escuchar quién la llama a vivir en ella, somos todo amor para apoyar nuestro gran amor sobre el pequeño amor de la criatura, y en cuanto la vemos dispuesta formamos nuestra Vida hablante y le narramos la historia de nuestra Voluntad, la larga historia de nuestro eterno amor, le decimos cuánto la amamos y le damos a conocer nuestros suspiros por querer ser amados, porque tú debes saber que cuando Nosotros amamos y no encontramos quién nos ama, nuestro amor no tiene dónde apoyarse para ser correspondido, por eso va errante, delira y desvaría, y si no encuentra aunque sea un pequeño te amo de criatura dónde apoyarse, se retira en Nosotros, donde tenemos nuestro centro de amor, pero con tal dolor que es incomprensible a mente creada, las penas del amor no correspondido son inenarrables, sobrepasan a todas las otras penas.  Nosotros queremos dar siempre, estamos en acto continuo de dar, pero queremos encontrar su voluntad que quiera recibir, un deseo suyo, un suspiro, que forman el lugar, los pequeños apoyos donde debemos apoyar nuestra Voluntad y lo que queremos dar y hacer.  Estos deseos y suspiros son como oídos que nos escuchan, como ojos que nos miran, corazones que nos aman, mentes que nos comprenden, y si no encontramos estos pequeños apoyos no podemos darle nada, y ella queda ciega, sorda, muda y sin corazón; así que nuestra Vida es puesta en fuga, replegándose en nuestras regiones celestiales”.

(3)Después he continuado pensando en la Divina Voluntad, me sentía toda investida por Ella y rogaba a mi amado Jesús que me ayudase y me tuviese encerrada en su corazón, a fin de que viviera y no conociera ninguna otra cosa sino solamente su Querer Divino, y Él, regresando, ha continuado diciéndome:

(4)“Hija mía, todo el bien de la criatura está ligado a mi Divina Voluntad, si se desliga de Ella todos sus bienes terminan. Tú debes saber que cada vez que se hace el humano querer se juega la Divina Voluntad con todos sus bienes, así que se pierde todo lo bello, todo lo que es santo y bueno, esto es una pérdida incalculable, la pobre criatura es arrojada en la miseria más escuálida, pierde los derechos a todos los bienes, es investida de tal infelicidad, que jamás le da paz, y si parece que tiene algún bien, es aparente y la termina de torturar.  En cambio cada vez que con toda firmeza decide hacer mi Voluntad Divina, se juega el querer humano, las miserias, las pasiones, se juega todos los males, los miserables harapos, los vestidos sucios que le había formado la voluntad humana; qué feliz pérdida, perder los males, las miserias, es gloria, es victoria, es honor, pero perder los bienes es vileza y deshonor.  Ahora mira, si la criatura quiere puede rehacerse de la gran pérdida que ha hecho de mi Voluntad con hacer la suya, mucho más que tendrá en su ayuda nuestra potencia, nuestro amor y nuestra misma Voluntad.  Con adquirir de nuevo los derechos de todos los bienes, todos la defenderán para rehacerse del juego perdido”.

+  +  +

36-9

Mayo 17, 1938

El alma es la voz, el canto y las manos para tocar; el cuerpo es el órgano.

El Querer Divino quiere los más pequeños actos para hacer surgir su Sol.

Siembra que hace el sol a la tierra, siembra que hace la Santísima

Voluntad.  Esponsalicio que Dios prepara con sus verdades.

(1) Continuando mi vuelo en el Querer Divino, siento que me inviste por dentro y por fuera, y quiere tomar su puesto real en mis más pequeños actos, aun en los naturales, y tal vez sobre mis mismas naderías, y si esto no hiciera, no puede decir que la plenitud de su Voluntad reina en la criatura. Después, mi amado Jesús repitiendo su breve visita, todo bondad me ha dicho:

(2) “Hija mía, todo salió de Nosotros y fue modelado por nuestras manos creadoras, el alma y el cuerpo, por eso todo debe ser nuestro, lo uno y lo otro; es más, hicimos del cuerpo un órgano, y cada acto que debía hacer, hecho para cumplir la Divina Voluntad, debía formar una tecla, la cual debía encerrar muchas notas y conciertos de música, distintos entre ellos, y el alma debía ser la que con la unión del cuerpo debía formar la voz, el canto, y tocando estas teclas debía formar las músicas más bellas.  Ahora, un órgano sin quien lo toque parece un cuerpo muerto, no divierte ni atrae a ninguno; y quien entiende de música, si no tiene el instrumento para tocar, no puede ejercitar su arte de músico, así que se necesita quien hable, quien se mueva, quien tenga vida para formar las bellas músicas, pero se necesita también el instrumento que contiene las teclas, las notas y todo lo demás; son necesarios el uno y el otro.  Así es el alma y el cuerpo, hay tal armonía, orden, unión entre ellos, que el uno no puede hacer nada sin el otro; por eso estoy atento, te vigilo tus pasos, tus palabras, el mover de tus pupilas, tus más pequeños actos, a fin de que mi Voluntad tenga su Vida, su puesto en ellos. Nosotros no reparamos si el acto es natural o espiritual, si es grande o pequeño, sino que estamos atentos para ver si todo es nuestro, si nuestro Querer ha hecho surgir su sol de luz, de santidad, de belleza, de amor, y nos servimos aun de los pequeños actos de esta criatura para formar nuestros portentos más prodigiosos, los cuales forman las escenas más bellas para tenernos divertidos.  ¿No fue sobre la nada que formamos las maravillas, el encanto de toda la Creación?  Y en la creación del hombre, ¿no fue sobre la nada que formamos tantas armonías, hasta nuestra misma imagen que nos semeja?  Hija mía, si la criatura debiera darnos únicamente lo que es espiritual, poco podría darnos, en cambio, con darnos aun sus pequeños actos naturales, puede darnos siempre, y estamos en continuas relaciones, la unión entre ella y Nosotros no se rompe jamás.  Mucho más, que las cosas pequeñas están siempre entre las manos, al alcance de los pequeños y de los grandes, de los ignorantes y de los sabios; el respirar, el moverse, el atenderse a sí mismo en las cosas personales, es de todos y no cesan jamás, y si esto es hecho para amarme, para formar la Vida de la Divina Voluntad en ellos, es nuestro triunfo, nuestra victoria y la finalidad para la cual los hemos creado.  Ve entonces cómo es fácil el vivir en nuestro Querer, la criatura no debe hacer cosas nuevas, sino lo que hace, esto es, desarrollar su vida como se la hemos dado en nuestra Voluntad”.

(3) Después de esto mi dulce Jesús continuó diciéndome:

(4) “Hija mía, así como el sol siembra cada día luz, calor, dulzura, perfumes, colores, fecundidad, diversidad de gustos, y con esto embellece toda la tierra, y sólo con tocar con su luz y calor fecunda las plantas, madura y endulza los frutos, da la variedad de los colores y perfumes a las flores, tanto que forma el dulce encanto a las generaciones humanas, así quien vive en mi Voluntad, superando Ella en modo insuperable la siembra que hace el sol, siembra sobre de quien vive en Ella, luz, amor, variedad de bellezas, santidad, dando a cada una de estas semillas la fecundidad divina, y ¡oh! cómo es bello ver a esta criatura embellecida, fecundada por nuestra siembra divina, cómo queda hermosa, tanto, de formar el encanto a nuestras pupilas divinas.  Ahora hija mía, así como la tierra, las flores, las plantas, para recibir la siembra del sol deben someterse a recibir el contacto de su luz y de su calor, de otra manera el sol quedaría en lo alto sin poder hacer su siembra a la tierra, la cual quedaría estéril, sin fecundidad y sin belleza, porque para dar y recibir un bien se necesita la unión, el acuerdo de ambas partes, sin el cual el uno no puede dar y el otro no puede recibir, así el alma, para recibir la siembra de mi Voluntad debe vivir en Ella, debe estar siempre unida, con sumo acuerdo, debe dejarse modelar para recibir de Ella la nueva Vida que quiere dar, de otra manera mi Voluntad hace como el sol, no siembra y la criatura queda estéril, sin belleza, bajo las tinieblas de su voluntad humana.  He aquí por qué quiero al alma viviendo en mi Querer, no sólo para sembrar, sino para hacer que mi siembra no se pierda, haciéndome Yo mismo el cultivador para poder producir las más variadas bellezas”.

(5) Después ha agregado con un amor más tierno:

(6) “Hija mía buena, mi amor siempre quiere vincularse más con la criatura, y por cuantas más verdades manifiesta sobre mi Voluntad, tantos más vínculos de unión pongo entre Dios y ella, y conforme manifiesta las verdades, así prepara el esponsalicio entre Dios y el alma, y por cuanto más manifiesta, con tanta más ostentación y suntuosidad será hecho el esponsal. ¿Quieres saber algo más?  Mis verdades servirán como dote para poderse unir con Dios, lo estas verdades harán conocer quien es Aquél que se abaja, y que solamente es su amor lo que lo induce a vincularse con atadura de esponsalicio con la criatura.  Mis verdades tocan y retocan a la criatura, la modelan, le forman la nueva vida, le restituyen y embellecen nuestra imagen y semejanza como cuando fue creada por Nosotros, le imprimen su beso de unión inseparable.  Una verdad nuestra puede formar un mar de prodigios y de creaciones divinas en quien tiene el bien de escucharla, esta verdad puede cambiar un mundo entero de perverso, en bueno y santo, porque es una Vida nuestra que viene expuesta para bien de todos, y un nuevo sol que hacemos surgir en las inteligencias creadas, el cual por caminos de luz y de calor se hará conocer para transformar en luz y calor a quien tiene el bien de escucharla.  Por eso, ocultar una verdad que Nosotros con tanto amor hacemos salir fuera de nuestro seno paterno es el más grande delito, y priva a las generaciones humanas del bien más grande.  Además de esto, quien vive en nuestro Querer, esposándose con Nosotros, forma la fiesta a todos los santos, todos toman parte en las nupcias divinas, y en virtud de esta criatura tienen una fiesta toda propia en el Cielo y otra en la tierra.  Cada acto que hace la criatura que vive en nuestro Querer, es una fiesta y un banquete que ofrece a las regiones celestiales, y los santos le corresponden con nuevos dones e imploran a Dios que le manifieste otras verdades para ensanchar siempre más los confines de la dote que Dios le ha dado”.

+  +  +

Dios quiere encerrar todo en nosotros, y pondrá el valor, el amor y el oficio de todo en nosotros. Luego la misma vida de Jesús, y finalmente a la patria celestial. Cuando lo haya hecho le dará un nombre nuevo, «Fiat mío.»

Vol. 34 Enero 24, 1937

Estoy en poder del Fiat Supremo, el cual siempre quiere darme de lo suyo, para tenerme ocupada y tener siempre qué hacer por mi pobre alma, y si descubre cualquier pequeño vacío que no sea Voluntad suya, con una actividad admirable e inimitable, ve qué cosa falta en mí de todos sus actos que ha hecho por amor de las criaturas, y todo en fiesta lo sella en mi alma, dándome una pequeña leccioncita. Yo he quedado sorprendida y mi siempre amable Jesús, visitando a su pequeña hija me ha dicho:

«Mi buena hija, no te maravilles, el Amor de mi Querer es exuberante, pero con suma Sabiduría, porque quiere hacer con quien vive en su Querer obras dignas de Él, las pequeñas repetidoras de su Vida, de su Amor, y esconder en ellas la santidad y la multiplicidad de sus obras; quiere continuar su obra creadora, quiere formar, repetir y extender toda la Creación, y aún más, en quien viva en su Querer. Escucha hasta dónde llega su Amor: Mi Fiat creó la Creación, y a cada cosa creada le puso un valor, un amor y un oficio distinto, de deber producir un bien distinto a las criaturas, tanto que el cielo posee un valor, un amor y un oficio todo propio; el sol, el viento, el mar, poseen otro, y hacen distintos oficios, y así de todas las cosas creadas. Ahora, escucha qué hace mi Voluntad para quien vive en Ella: Todo lo que hace es suyo, así que en un acto encierra el valor, el amor y el oficio que hace el cielo, y da a la criatura el amor y el valor del cielo; en otro acto pronuncia su Fiat, y encierra el valor, el amor que tuvo al crear el sol, y lo hace hacer el oficio de sol; en otro encierra el valor del viento, su amor imperante, y pronunciando su Fiat lo hace hacer el oficio del viento; en otro encierra el valor del mar, y pronunciando su Fiat le hace hacer el oficio del mar y le da virtud de murmurar siempre amor, amor, amor; en suma, no hay acto que ella haga en que no se deleite de pronunciar su Fiat, y dónde encierra el valor del aire, dónde el dulce canto de los pájaros, el balido de los borregos, dónde la belleza de las flores, y si los actos de la criatura no llegan a extender la obra de la Creación, se sirve del latido, del respiro, de la rapidez como circula la sangre en sus venas, todo anima con su Fiat, y forma la Creación completa. Y cuando todo ha completado, de todo lo que ha hecho en la Creación por amor de las criaturas, ahí extiende su dominio, y con su Fuerza creadora conserva todo, mantiene el orden de la nueva Creación que ha formado en los actos de la criatura, y se siente de tal manera amado y glorificado, porque no encuentra la Creación sin razón, sin voluntad y sin vida, sino encuentra la fuerza de una razón, de una voluntad y vida que voluntariamente han recibido la Potencia de su Fiat, en sus actos su virtud creadora, su misma Vida Divina, su Amor imperante e infatigable, en una palabra, la ha hecho hacer de sí, hasta de su respiro y de sus actos, lo que quería.

Hija mía bendita, continúa escuchándome, hazme desahogar mi Amor, no puedo contenerlo más, quiero decirte hasta dónde llega mi Amor y hasta dónde puede llegar y puede hacer a quien vive en mi Fiat. ¿Crees tú que mi Querer se ha contentado, ha dicho basta porque ha encerrado el valor, el amor, y los diversos oficios de toda la Creación en la criatura que vive como unificada con Ella por una sola Voluntad? No, no, tú debes saber que Yo vine sobre la tierra, y en el ímpetu de mi Amor ofrecí mi Vida, mis penas y mi misma muerte, para volver a comprar mi Voluntad Divina en favor de las criaturas, que con tanta ingratitud la habían rechazado, y por lo tanto perdido; así que mi Vida sirvió como desembolso del precio que se requería para readquirirla y darla en posesión de mis hijos, por eso se necesitaba un Dios, para poder tener precio suficiente para poder comprar una Voluntad Divina, mira entonces cómo es cierto que vendrá el reino de mi Querer, porque la compra fue hecha por Mí. Ahora, mi Voluntad después de haber formado el orden de la Creación, con toda la suntuosidad y sublimidad de su obra creadora, conforme la criatura va repitiendo sus actos, en un acto pronuncia su Fiat y en él forma mi Vida y encierra su valor, en otro acto pronuncia su Fiat y encierra en sus penas el valor de mis penas, pronuncia su Fiat sobre sus lágrimas y pone en ellas el valor de las mías, pronuncia su Fiat en sus obras, en sus pasos, en su latido, y encierra en ellos el valor de mis obras, de mis pasos y de mi Amor, no hay oraciones y actos incluso naturales que haga, en que no encierre el valor de mis actos. Así que, en quien vive en mi Voluntad me siento repetir mi Vida, y duplica el precio para comprar mi Divina Voluntad a favor de las generaciones humanas; se puede decir que hay una competencia entre Yo y ella, para ver quien quiere dar más para hacer que mi Voluntad sea poseída de nuevo por la familia humana. Pero no es todo aún, si no hace obras completas no se contenta, al valor de la Creación y Redención que ha encerrado en el alma, agrega con un Amor increíble, el encerrar en ella la patria celestial, y hace resonar su gloria, sus alegrías, las bienaventuranzas eternas, como sello y confirmación de la obra Creadora y Redentora que ha formado en ella. Después de esto, para estar más segura, crea su latido, su respiro, hace circular más que sangre su Vida, su Luz, y como triunfante le da un nombre nuevo, llamándola: ‘Fiat mío.’ Este nombre es el nombre más bello, que hará sonreír a todo el Cielo y temblar a todo el infierno, nombre que no puedo dar sino a quien viva en mi querer, y me ha hecho hacer en ella lo que quiero. Hija mía, ¿qué cosa no puede hacer y dar mi Fiat Omnipotente? Llega a tanto que da sus derechos sobre su misma Potencia, sobre su Amor, sobre su Justicia, incorpora consigo la voluntad de la criatura y le dice: Sé atenta, no quiero otra cosa de ti sino que hagas lo que hago Yo, por eso es necesario que tú estés siempre junto conmigo, y Yo contigo.»

+ + +

  • OTRAS CITAS DE PARA EL ESTUDIO DE ESTE TEMA

 

 

33-4  Dic. 8, 1933

36-6 Mayo 6, 1938

30-2 Noviembre 9, 1931

14-73  Noviembre 11, 1922

12-77   Enero 8, 1919

31-8. Septiembre 18, 1932

.            Esta citas muestran que somos eternos

Cristina

Vivir en la Divina Voluntad es poseer al mismo Dios, su Vida -que son sus actos los cuales esconden sus atributos- y por lo tanto, es vivir la misma Vida Divina. Se dice pronto.... pero para esto nos creó el Creador. Bendito sea su Nombre: YO SOY. El es un eterno presente y todo lo que hay hecho está en acto de hacerse para tomarlo en cualquier momento.