Noviembre 21 del 2004 Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.

 Muy queridos hermanos Obispos, Sacerdotes y Religiosos en nuestro Señor Jesucristo:

Dios en Su Providencia y en Sus designios, me ha llevado a proclamarles de nuevo las palabras de Su Angel:

“… OS ANUNCIO UNA GRAN ALEGRÍA QUE LO SERÁ PARA TODO EL PUEBLO” Lucas. 2: 10.

 Es con el amor y gozo de Dios que les envío aquí noticia del más grande Tesoro que el Señor nos quiere manifestar en este momento de la historia de la humanidad, pues el tiempo se ha cumplido para que finalmente Su Infinito valor sea conocido.

Aunque este Tesoro es para todos, pues ha sido dado por Nuestro Señor Jesucristo y transmitido a través de nuestra Santa Madre Iglesia como podrán verificar más adelante, Él, en Sus Designios, puso en mi corazón la urgencia y responsabilidad de hacer llegar esta comunicación que he tenido el privilegio de recibir, solamente a Obispos, Sacerdotes y Religiosos. Es tan solo en mi confianza absoluta en Dios, que me atrevo a dirigirme a Uds.

La importancia de lo que en este Tesoro se encierra es trascendental, y con la Gracia de Dios, les presento lo que en mi pobrísimo modo les puedo compartir como corta introducción y Noticia de Amor al respecto. Les adjunto a esta, el contenido total de este Tesoro.

Les introduzco a todo lo que en este Tesoro se encierra, en sintonía y comunión con las siguientes citas de la Sagrada Escritura, orando

“…para que sus corazones reciban ánimo y, unidos íntimamente en el amor, alcancen en toda su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del Misterio de Dios, en el Cuál están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia”. Colosenses 2: 2,

“…hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de C

“…no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la Gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente”…Efesios 1: 16, 17.

 

“Y el Dios de la Paz… os disponga con toda clase de bienes para cumplir Su Voluntad, realizando Él en nosotros lo que es agradable a Sus ojos, por mediación de Jesucristo, a Quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”. Hebreos 13: 20, 21.

 

CONSAGRO ESTA COMUNICACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, MADRE DEL VERDADERO DIOS POR QUIEN SE VIVE Y MADRE NUESTRA, PORTADORA DE NUESTRO SEÑOR Y REINA DE SU REINO; LA QUE LE APLASTA LA CABEZA A LA SERPIENTE; LA QUE DARÁ A LUZ A SU HIJO EN CADA ALMA QUE QUIERA RECIBIRLO. LE PIDO A ELLA QUE CON SU AMOR MATERNO INUNDE LOS CORAZONES DE TODAS LAS ALMAS, PARA QUE SE DISPONGAN A ACOGER EL GRANDIOSO DON QUE AHORA EN ESTE TIEMPO DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD ÉL QUIERE DARNOS, Y PARA EL CUÁL, ÉL MISMO NOS ENSEÑÓ A PEDIR Y HA MANTENIDO A TODA SU IGLESIA PIDIENDO POR 2,000 AÑOS:

“PADRE… VENGA TU REINO, HÁGASE TU VOLUNTAD ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO”

Mateo 6: 10.

 

La Buena Noticia de Amor

 

“….y Yo te estoy preparando una ERA DE AMOR…! … en la que mi amor se desahogará en modo maravilloso e inaudito…… Yo te quiero junto conmigo preparando esta ERA DE AMOR CELESTIAL Y DIVINO….”

Jesús Nuestro Señor – 8 de febrero de 1921.

En esta comunicación encontrarán por primera vez, todos los escritos que contienen las Verdades y Conocimientos que fueron participados por Jesucristo Nuestro Señor, a la ahora Sierva de Dios, Luisa Piccarreta*(página 22), cuya Causa de Beatificación fue abierta por la Iglesia el 24 de Noviembre de 1994, fiesta Solemnidad de Cristo Rey. El contenido de estos escritos fue recibido por Luisa directamente del Señor Jesús, y ella, bajo estricta obediencia de sus confesores, lo escribió durante un período de 40 años. Estos escritos estuvieron guardados en los Archivos del Vaticano por casi 60 años, hasta que fueron hechos accesible al Tribunal de la Causa de Beatificación en febrero de 1996. Más detalles a continuación.

La sublime importancia de estos escritos es continuamente manifestada por nuestro Señor a Luisa, y es a través de Su Iglesia que esta Noticia llegará a todos. En una de las tantísimas citas al respecto, menciono aquí la del 10 de Febrero de 1924, donde Jesús le dice: “Yo, en mi Omnividencia veo que estos  escritos  serán  para  mi  Iglesia  como  un  nuevo  sol  que  surgirá  en medio de Ella…. Por lo cuál, RENOVÁNDOSE MI IGLESIA, TRANSFORMARÁN LA FAZ DE LA TIERRA. …Tú lo verás desde el Cielo, verás el gran bien, cuando la Iglesia reciba este Alimento Celestial, que fortificándola, la hará resurgir en SU PLENO TRIUNFO”.

 El Señor le dice a Luisa el 14 de Agosto de 1926, poco después de que los primeros 19 volúmenes recibieron el Imprimatur y Nihil Obstat de la Iglesia: “Has de saber que para que mi Suprema Voluntad sea conocida, he debido preparar las cosas, disponer los medios, arrollar al Obispo… He debido de hacer uno de mis más grandes prodigios. ¿Crees tú que es cosa fácil obtener la aprobación de un Obispo?…. ¿No ves tú en la aprobación del Obispo el triunfo de mi Voluntad, y por lo tanto mi gran gloria y LA NECESIDAD DE QUE LOS CONOCIMIENTOS DEL SUPREMO QUERER SEAN CONOCIDOS…?”

A continuación expongo en orden cronológico, algunas otras citas de varios volúmenes, en las cuáles se manifiesta muy claramente, varios aspectos de la importancia transcendental de lo que en estos escritos se encierra:

El 29 de enero de 1919 el Señor le dice a Luisa:

“Hija mía amada, quiero hacerte conocer el orden de mi Providencia. En cada período de dos mil años, he renovado al mundo: en los primeros los renové con el diluvio. En los segundos dos mil años lo renové con mi venida a la tierra, en la cuál manifesté mi Humanidad, de la Cuál como de tantas fisuras, se traslucía mi Divinidad; y los buenos y los mismos Santos de estos terceros dos mil años han vivido de los frutos de mi Humanidad y como a gotas han gozado de mi Divinidad. Ahora estamos cerca del fin de los terceros dos mil años y habrá una TERCERA RENOVACIÓN.

 He aquí el porqué de la confusión general de todo: no es sino la preparación a la tercera renovación. Y si en la segunda renovación manifesté lo que hacía y sufría mi Humanidad y poquísimo lo que obraba la Divinidad, ahora, en esta tercera renovación, DESPUÉS DE QUE LA TIERRA HABRÁ SIDO PURGADA…, seré aún más magnánimo con las criaturas y llevaré a cabo la renovación con manifestar lo que mi Divinidad hacía en mi Humanidad… Mi amor quiere desahogarse y quiere dar a conocer los excesos que mi Divinidad obraba en mi Humanidad a favor de las criaturas, que superan por mucho, los excesos que externamente obraba mi Humanidad.”

 

11 de julio de 1923

“…tres veces la Divinidad decidió obrar “ab-extra”: la primera fue en la Creación……la segunda fue en la Redención……y la tercera es el cumplimiento de mi Voluntad, que se haga COMO EN EL CIELO ASÍ EN LA TIERRA….”

 

14 de julio de 1923

“….el mundo se encuentra precisamente en el punto como cuando Yo debía venir a la tierra; todos estaban en espera de un gran acontecimiento, de una era nueva, como de hecho, así sucedió; y así ahora, debiendo venir el gran Advenimiento, la ERA NUEVA en la que LA VOLUNTAD DE DIOS SE HAGA EN LA TIERRA como en el cielo, todos están en expectativa de  esta era nueva, cansados de la presente, pero sin saber cuál es esta novedad…esta expectativa es una señal cierta de que la hora está cercana”.

 

22 de septiembre de 1924

“Hija mía, son precisamente los demonios. Quisieran que no escribieras sobre mi Voluntad…TEMEN MUCHO QUE PUDIERAN PUBLICARSE

 

ESTOS ESCRITOS SOBRE MI VOLUNTAD, PORQUE VEN PERDIDO

SU REINO EN LA TIERRA…Tratan con todo su poder de impedir tan grande Bien.”

 

17 de mayo de 1925

“ …pues si la Creación se atribuye al Padre, mientras que estamos siempre unidas las Divinas Personas en el Obrar, la Redención se atribuye al  Hijo,  y EL FIAT VOLUNTAS TUA SE ATRIBUYE AL ESPÍRITU SANTO. Es

precisamente en el Fiat Voluntas Tua donde el Espíritu Santo hará desahogo de Su Obra.”

 

14 de Agosto de 1926

“Hija mía, el Reino de mi Divina Voluntad es invencible, Y EN ESTOS CONOCIMIENTOS HE PUESTO SOBREABUNDANTE LUZ, GRACIA Y

ATRACTIVOS PARA HACERLO VICTORIOSO…Estos conocimientos serán muro altísimo y fortísimo, más que en el Edén terrenal, que IMPEDIRÁ AL ENEMIGO INFERNAL ENTRAR DENTRO para molestar a aquellos que vencidos por Ella, pasarán a vivir en el Reino de mi Divina Voluntad”.

 de septiembre de 1938

“Yo me serviré de todos los medios de amor, de gracias, de castigos; tocaré por todos lados a las criaturas para hacer Reinar mi Voluntad. Y cuando parezca como si el verdadero bien debiera morir, RESURGIRÁ MÁS BELLO Y MAJESTUOSO. …Todo lo que he dicho sobre mi Voluntad, puedo decir que es UNA NUEVA CREACIÓN”.

 

Vemos también cómo el Señor en muchísimas ocasiones le habla a Luisa de Su dolor al quedar estos escritos desconocidos hasta el momento. A continuación expongo algunas de las tantas citas al respecto:

de marzo de 1928

“Hija mía, tú estás contenta y Yo estoy afligido, si tú supieras que peso enorme gravitaba sobre aquellos de Messina, pues mientras tenían interés de tener los escritos, los tenían para dormir; ellos eran reos de una Voluntad Divina, y viendo la inactividad con la cual los tenían, he permitido que los regresaran.

 

Ahora este peso gravita sobre aquellos que con tanto interés los han hecho venir; si no se ocupan, también ellos serán reos de una Voluntad Divina, y si supieras lo que significa ser reo de una Voluntad tan Santa: significa tenerla

 

trabada, impedida, mientras que Ella anhela, suspira, que sean quitados los impedimentos,  y  ESTOS  SE  QUITARÁN  CON  HACERLA CONOCER.

Ella está llena de Vida, se mueve por doquier, envuelve todo, y esta Vida vive como sofocada en medio de las criaturas PORQUE NO ES CONOCIDA. Ella gime porque quiere la libertad de su Vida y está obligada a tener en Ella misma los rayos de su Luz interminable, porque no es conocida. Ahora,

¿quién es el culpable de tantas penas de mi Voluntad Divina? -Quien debe interesarse en hacerla conocer y no lo hace.

 

¿Será que tal vez mi finalidad ha sido dar tantas noticias acerca de mi Fiat, sin el fruto deseado de hacerla conocer? No, no, quiero la Vida de lo que he dicho, quiero hacer resplandecer el nuevo Sol, quiero el fruto de tantos conocimientos que he manifestado, quiero que mi trabajo reciba el suspirado efecto. En efecto, ¿cuánto no he trabajado para disponerte a recibir conocimientos tan importantes sobre mi Voluntad? Y tú misma,

¿cuántos sacrificios no has hecho y cuántas gracias no te he dado para hacértelos hacer?

 

Mi trabajo ha sido largo, y cuando te veía sacrificada, miraba al gran bien que habrían hecho mis conocimientos sobre el Fiat en medio de las criaturas, LA NUEVA ERA que debía despuntar en virtud de ellos, y mi tierno Corazón mientras sufría en sacrificarte, tomaba un inmenso placer al ver el bien, la paz, el orden, la felicidad, que en virtud de ello debían recibir mis otros hijos. Cuando Yo hago cosas grandes a un alma, le manifiesto verdades importantes y las renovaciones que quiero hacer en medio de la familia humana, no es sólo para la criatura que lo manifiesto, sino porque quiero encerrar a todos en aquel bien; quiero que mis verdades resplandezcan como sol, sobre de cada uno, a fin de que quien quiera, tome la luz de ellas.

 

…Ve entonces cómo es necesario que sus conocimientos sean conocidos y se abran camino en medio de las criaturas, para llevar a cada una la Vida de mi Voluntad con la fuente de los bienes que Ella contiene. … pero si a estos conocimientos los dejan dormir sin ponerlos en medio de las criaturas, dejarán sin fruto los acontecimientos que estoy preparando; ¿qué cuentas me darán? Mientras que con estos conocimientos estoy preparando LA RENOVACIÓN Y LA RESTAURACIÓN DE LA FAMILIA HUMANA.”

 

10 de octubre de 1928

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“Y como todo lo que te he dicho yace en el anonimato, Yo siento una opresión sobre mi Corazón que me comprime e impide que mis llamas de amor se eleven y hagan sus caminos. Por eso en cuanto oía leer y tomar la decisión de ocuparse para publicar estos escritos, me sentía quitar la pesadumbre y quitar el peso que comprimen las llamas de mi Corazón…”

 

21 de octubre de 1929

“…frecuentemente parece que hacen rumor, que quieren hacer conocer mi Divina Voluntad con publicarla, ¿pero qué? Quién es presa del temor, quién teme comprometerse, quién no acepta el sacrificarse; ahora con un pretexto y ahora con otro todo termina en palabras, y mi Divina Voluntad queda exiliada en medio de las criaturas”.

 

17 de mayo de 1938

“…ocultar una Verdad, que Nosotros con tanto amor dejamos salir de nuestro Seno Paterno, es el más grande delito, y priva a las generaciones humanas del bien más grande

 

Queridos hermanos en el Señor, como ya dicho anteriormente, Él puso en mi corazón la urgencia y responsabilidad de hacerles llegar esta Noticia, así como la totalidad de los escritos. Quizás Él, en Sus designios, quiera llevar a algunos de Uds. a ser los heraldos de esta Noticia. A continuación encontrarán algunas citas respecto a este crítico tema para su discernimiento:

Nuestro Señor Jesús a Luisa el 6 de noviembre de 1926:

“Hija mía… así sucederá para el Reino del FIAT Supremo. Lo haremos juntos hija mía… y cuando todo haya terminado, CONFIARÉ A MIS MINISTROS MI REINO… ¿Crees tú que sea casualidad la venida del Padre di Francia, que muestra tanto interés y que ha tomado en serio la publicación de lo que se refiere a mi Voluntad? No, no, lo dispuse Yo, es un acto providencial de la Suprema Voluntad que lo quiere como primer apóstol del Fiat Divino y anunciador de Él, y como es fundador de una obra le es más fácil acercarse a OBISPOS, SACERDOTES y personas en su mismo instituto para anunciar el Reino de mi Voluntad…”

 

 

 

Nuestro Señor a Luisa el 18 de enero de 1928:

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“Porque Yo me sirvo de mis obras del SACERDOCIO, y así como tuve el Sacerdocio para preparar al pueblo antes de mi venida y el Sacerdocio de mi Iglesia para confirmar mi venida y todo lo que Yo hice y dije, así tendré el SACERDOCIO DEL REINO DE MI DIVINA VOLUNTAD. …gozo al

ver el interés que toman LOS SACERDOTES por estos escritos que formarán el Reino de mi Voluntad. Esto significa que aprecian el gran bien de ellos y cada uno quisiera tener consigo un tesoro tan grande, para ser los primeros en comunicarlos a los demás… Yo gozo con que otros ministros míos conozcan que existe este tesoro tan grande de hacer conocer el Reino de mi Divino Querer, y Yo me sirvo de esto para formar a LOS PRIMEROS SACERDOTES DE MI FUTURO REINO DE MI FIAT. Hija mía, es una

gran necesidad el formar LOS PRIMEROS SACERDOTES…”

 

Nuestro Señor a Luisa el 10 de Octubre de 1928:

“Mi Amor reprimido es una pena para Mí de las más grandes, que me vuelve taciturno y triste, porque no teniendo vida mis primeras llamas, no puedo sacar fuera las otras que me devoran y me consumen; y por eso a AQUELLOS SACERDOTES que se quieren ocupar en quitarme esta pesadumbre con el hacer conocer mis tantos secretos con publicarlos, Yo les daré tanta gracia sorprendente, fuerza para hacerlo y luz para conocer, ellos por primeros, lo que harán conocer a los demás. Yo estaré en medio a ellos y guiaré todo.”

 

Nuestro Señor a Luisa el 13 de enero de 1929:

“Cómo es necesario que los conocimientos sobre mi Fiat se conozcan, y no sólo eso, sino que se haga conocer que mi Divina Voluntad ya quiere venir a reinar como en el Cielo así en la tierra en medio a las criaturas; y a los SACERDOTES, como nuevos profetas, les toca el trabajo, y con la palabra, con lo escrito y con las obras, hacer de heraldos para hacer conocer lo que concierne a mi Fiat Divino”.

 

Luisa en la hora 24 de los Giros en la Divina Voluntad:

“Jesús mío, después de haber resucitado no partes de inmediato para el Cielo, esto me confirma que quieres establecer el Reino de la Divina Voluntad en la tierra… Te sigo paso a paso con mi “te amo…” mientras te apareces a tu Mamá…, a Magdalena, a los Apóstoles, y pides que tu Divina Voluntad sea conocida por todos, PERO EN MODO ESPECIAL POR LOS SACERDOTES, los cuáles a su vez, como nuevos apóstoles, la hagan conocer a todo el mundo”.

 

 

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Es también totalmente evidente en los escritos, que el Señor pide que estos escritos sean leídos EN EL ORDEN EN QUE FUERON DADOS, y SIN OMITIR O CAMBIAR NADA, y EN SU TOTALIDAD, así como pide

también, e incesantemente, QUE SEAN CONOCIDOS. En una carta con fecha 4 de diciembre de 1926, su confesor extraordinario y ahora Santo, Annibale María di Francia, le escribe a Luisa lo siguiente:

La señora obediencia os impone escribir de día o de noche, todo, todo, todo cuanto el Señor os revela, NADA DEBE DE FALTAR. Es palabra de la Sabiduría Increada, y una palabra vale más que todo el universo, por eso no es lícito el descuidar ni siquiera una sílaba”.

El Señor dice a Luisa el 16 de Julio de 1922: “…he aquí por qué mi premura de que se conozca todo lo que te he dicho, y si esto no hicieras, vendrías como a restringir mi Querer, a aprisionar en Mí las llamas que me devoran y a hacerme retardar la completa gloria que me debe la Creación. SOLAMENTE   QUIERO   QUE   LAS   COSAS   SALGAN  ORDENADAS,

porque una palabra que falte, un nexo, una conexión que falte, un capítulo a medias, EN LUGAR DE ILUMINAR ARROJARÁ TINIEBLAS, y en vez de

hacerme dar gloria y amor, las criaturas quedarán indiferentes, por eso sé atenta, quiero que lo que Yo he dicho SALGA ENTERO”.

 

También le dice el 30 de enero de 1927: “He aquí por qué la necesidad de los conocimientos… Por esto es necesario que se haga conocer TODO, para hacer que mi Reino esté TODO COMPLETO y para hacer que NADA falte…”.

 

En Marzo 25 de 1928 le dice: “Por eso, hasta que mi Voluntad Divina no sea conocida CON TODOS SUS CONOCIMIENTOS, sus pasos estarán obstaculizados, y suspendido el bien que quiere hacer a las criaturas”.

 

En julio 24 de 1934 también le dice:

“…y cuando TODAS las verdades que hemos dispuesto sacar sean manifestadas, TODAS JUNTAS estas nobles reinas, nos darán el asalto a nuestro Ser Divino, y como ejército invencible, con nuestras mismas armas divinas nos vencerán, y obtendrán el triunfo del Reino de la Divina Voluntad sobre la tierra”.

 

 

 

 

 

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Tan solo cuando estos escritos son leídos en orden, y en el contexto de su totalidad, y en vista a la Sagrada Escritura, al Catecismo y a la Tradición de la Iglesia, se puede entender y acoger lo que en ellos se encierra. Así como en los Evangelios, en estos escritos se encuentran también aparentes contradicciones, afirmaciones parciales, afirmaciones que aparentan tener otro significado, etc., etc., etc.; por lo tanto, sólo leyéndolos de esta manera, y en su contexto total, se puede llegar a una concordancia completa de su contenido, y a entender que estas Verdades y Conocimientos se expanden gradualmente a través de los escritos y se apoyan y concuerdan totalmente entre Ellas, y con la Sagrada Escritura y las enseñanzas de la Iglesia.

Por supuesto, es también absolutamente necesario que para leer estos escritos, debemos antes pedir con total humildad y pureza de corazón que el Espíritu Santo abra nuestros corazones y nuestras mentes a lo que el Señor nos quiere dar a través de ellos. De otra forma, sería imposible ir más allá de la superficie de lo que en ellos se encuentra, y esto en el mejor de los casos.

El 2 de Agosto de 1930 el Señor le dice a Luisa:

“Hija mía, todas las cosas acá abajo, tanto en el orden natural como en el orden sobrenatural, están veladas; sólo en el Cielo están develadas, … Yo mismo, Verbo del Padre, tenía el velo de mi Humanidad, todas mis palabras, mi Evangelio bajo formas de ejemplos y de semejanzas, y sólo me comprendía quien se acercaba a escucharme con la FE EN EL CORAZÓN, CON LA HUMILDAD, Y CON EL QUERER CONOCER LAS VERDADES QUE YO LES MANIFESTABA PARA PONERLAS EN PRÁCTICA… Así

son mis Verdades que Yo con tanto Amor te he manifestado sobre mi Divina Voluntad… de otra manera quedarán ciegos, y Yo les repetiré el dicho del Evangelio: ‘Tenéis ojos y no miráis, oídos y no escucháis, lengua y sois mudos’.”

 

Ahora bien, en el año 1996, por orden de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y como fruto de la apertura de la Causa de Beatificación de Luisa, y como fruto también de la ya entonces recibida Beatificación de su confesor extraordinario y censor de sus escritos, el ahora Santo, Annibale Maria di Francia, los volúmenes escritos por Luisa que se encontraban en los Archivos del Vaticano por casi 60 años, fueron copiados por representantes del Obispo de Trani como ya dicho anteriormente.

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En cuanto al estado actual de los escritos con la Santa Sede, la Congregación para la Doctrina de la Fe no ha hecho ningún pronunciamiento sobre ellos, sin embargo, el haber recibido el Obispo de Trani el “Non Obstare” de la Santa Sede permitiendo que se abriera la Causa de Beatificación de Luisa, efectivamente remueve cualquier juicio negativo, al ser tal, una declaración de que nada conocido a Roma prohíbió o fue obstáculo a la apertura de su Causa. De la misma manera, la Beatificación ya hecha en aquel tiempo del ahora Santo, Annibale Maria di Francia, representaba la misma realidad, pues fue él quien impartió su Nihil Obstat a los primeros 19 volúmenes en 1926, poco antes de su muerte, y a los cuáles Su Excellencia Arzobispo S.E. Giuseppe Maria Leo dio también el Imprimatur, sello y garantía del Espíritu Santo. Todo es ahora confirmado: La Canonización del Beato Annibale tuvo lugar el domingo 16 de Mayo de 2004.

 

El Obispo de Trani es la autoridad eclesiástica para la Causa de Beatificación de Luisa hasta que esta sea entregada a la Congregación para la Causa de los Santos. Al presente, la Postulación del Tribunal de la Causa está terminando el Proceso Diocesano de juzgar la vida y virtudes heroicas vividas por Luisa. La edición crítica de los escritos, con comentario, siendo producida por la Postulación, será consignada a la Santa Sede, pues solo ella puede dar a los escritos un juicio y explicación definitiva. Como requisito para todo este proceso, dos eminentes teólogos fueron comisionados independientemente por el Tribunal de la Causa para la evaluación de todos los escritos, y en 1997 los dos coincidieron en afirmar que estos escritos no contienen nada que sea contrario a la fe o moral Católica.

En diciembre 18, 1997, el Rev. Cosimo Reho, Profesor de Teología Dogmática, envió su evaluación al Tribunal de la Causa de Beatificación como respuesta a la petición que le habían hecho. Lo mismo fue hecho por el Rev. Antonio Resta, Rector del Instituto Teológico Pontificio del Sur de Italia el 2 de junio de 1997.

Estos dos teólogos independientemente comisionados por el Tribunal para hacer tales evaluaciones de los escritos, llegaron a la misma conclusión que otros teólogos e individuos de grande reputación dentro de la Iglesia, quienes evaluaron los primeros Volúmenes durante la primera parte del siglo

  1. En la Introducción adjunta sobre la vida de Luisa, podrán leer algunos de estos testimonios. Les reitero nuevamente que de estos escritos, los primeros 19 volúmenes tienen ya un Imprimatur y Nihil Obstat, sello oficial de la autoridad Eclesiástica.

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Quiero hacer notar que la totalidad de los 36 volúmenes escritos por Luisa que se encuentran en esta comunicación, han sido traducidos directamente de los manuscritos originales, y que contienen algunas faltas de ortografía, pobre redacción y pobrísima puntuación, probablemente algunos errores de transcripción, y otros pequeños errores.

Todo esto es mayormente debido a la magnitud tan extraordinaria de este inmenso trabajo, traducido al español del lenguaje italiano en el que fueron manuscrito, lenguaje que está mezclado con el dialecto del área donde Luisa vivía, y realidad que los hace poco fácil de traducir. Esta traducción es preliminar y rudimentaria, pero preserva la sustancia y esencia del contenido con fidelidad.

En vista a todo lo que aquí se encierra, he discernido en intensa oración, que es tan críticamente importante que estos escritos sean ya leídos en orden y en su contenido total por Uds., que no puedo esperar antes de enviárselos a tener una versión perfecta, a que sean corregidos nuevamente, o a esperar a la publicación oficial de la Iglesia, la cuál tomará años y la cuál espero con increíble anticipación y gozo. He aquí pues, que con confianza absoluta en el Señor y en nuestra Santísima Madre, se los entrego.

Ahora, en cuanto a Luisa, podemos también decir con absoluta certeza y convicción, que ella vivió una vida santa, de oración y sufrimiento, y que hasta hoy ha durado la fama de santidad atestiguada a ella por los contemporáneos de esta Sierva de Dios. Ella estuvo siempre bajo la continua custodia y dirección de la Santa Madre Iglesia, como pocos, o ningún otro, jamás ha estado, y fue siempre obediente y sumisa a Ella en todo. Esto ha sido muy precisamente documentado por el cuidado de sus confesores, escogidos por sus Obispos desde el año 1884 hasta su muerte en 1947.

Es apoyado en todo esto y mucho más, incluyendo lo ya dicho, que el Arzobispo de Trani, después de recibir de la Santa Sede el “Non Obstare”, abrió su Causa de Beatificación en 1994 y Luisa fue designada por la Santa Iglesia como Sierva de Dios. Las investigaciones hasta hoy han confirmado todo esto sin encontrar duda alguna.

Ella escribió todo lo que el Señor le manifestó durante ese período de 40 años, en simples cuadernos como los de escuela. Escribió un total de 36 cuadernos, los cuales fueron simplemente numerados sucesivamente del 1 al

  1. Estos son conocidos ahora como volúmenes.

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Es todo un conjunto progresivo de enseñanzas de los Conocimientos y Verdades que el Señor le comunicaba “sorbo a sorbo”, y que Luisa escribía, meditaba, ponía en práctica y HACÍA VIDA EN ELLA.

Todo le fue dado en un modo ordenado para su crecimiento progresivo, primero en santidad humana (ejercicio de virtudes, etc.-evidente en los volúmenes 1 al 10), y después en Santidad Divina (ejercicio de virtudes en modo divino y de “vida en la Divina Voluntad”, como vivida por naturaleza propia por el Señor en su Humanidad como sede de Su Divinidad, y por Gracia por nuestra Santísima Madre – evidente en los volúmenes 11 al 36).

El Señor en Sus designios hizo conocer y dio Gracias extraordinarias a Luisa para que pudiera acoger y hacer Vida en ella estas Verdades y Conocimientos sobre la Divina Voluntad de Dios, para que por medio de ella, puedan ser comunicadas a todos, y así también nosotros, con Su Gracia, podamos conocerlas, acogerlas y hacerlas vida en cada uno de nosotros, a la medida y plenitud que El ha designado para cada uno en nuestra misión terrenal de crecer “a Su Imagen y Semejanza” Génesis 1: 26, y de ser “partícipes de Su Vida Divina”, 2 Pedro 1: 4, Catecismo # 375, L.G. 2, 2, finalidad para la cuál fuimos creados por El.

En estos escritos NO HAY una “nueva revelación”, pues todo lo que en ellos el Señor nos enseña, fue ya hecho y vivido por Él. Como ya sabemos: “TODO LO QUE CRISTO VIVIÓ HACE QUE PODAMOS VIVIRLO EN EL, Y QUE ÉL LO VIVA EN NOSOTROS” (Catecismo #521) y es “por Él,

con Él, y en Él”, que todo es y existe. Juan 1: 1-3. “…porque en Él fueron creadas todas las cosas …todo fue creado por Él y para Él.” Col. 1: 16. “Porque en Él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente, y vosotros alcanzáis la plenitud en Él…” Col. 2: 9,10. “Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si no por Él”. Juan 14: 6.

 

Ahora bien, también nos dice el Evangelio que Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribiera una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran”. Juan 21: 25, y que como Él nos dice: “…el Espíritu de la Verdad os guiará a la verdad completa… porque recibirá de lo Mío y os lo anunciará a vosotros” Juan 16: 13, 14.

Sabemos también a través del Catecismo, que “AUNQUE LA REVELACIÓN E S T A A C A B A D A , N O E S T Á C O M P L E T A M E N T E

 

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EXPLICITADA” (Catecismo #66). Esto es obvio cuando vemos cómo el Espíritu Santo durante los últimos 2000 años, continúa Su tarea de develarnos progresivamente a través de Su Iglesia, todo lo que es necesario para restaurar nuestras vidas en Dios.

Así como la Iglesia nos ha ido proclamando Dogmas y Decretos sobre nuestra Fe a través de los siglos; así como el Señor nos reveló sobre Su Sagrado Corazón a través de Santa Margarita Alacoque, y así como nos reveló a través de Santa Faustina sobre Su Misericordia, así nos manifiesta ahora a través de Luisa sobre Su Divina Voluntad.

En estos escritos, el Señor nos enseña por primera vez, y a través de estos Conocimientos y Verdades, cómo quiere que al conocer lo que en Ellas se encierra, nosotros querramos voluntariamente acoger y hacer vida en nosotros este Don de Su Voluntad reinante y obrante en nosotros como Vida primaria de nuestros actos y de toda nuestra vida, para que animados por Ella y obrando en UNIDAD con Ella, podamos así ser restaurados al orden, al puesto y a la finalidad para la cuál fuimos creados, pues es solamente en Ella reinante y obrante en nosotros, y nosotros en Ella, que podremos ser nuevamente “a Su Imagen y Semejanza” y “partícipes de Su Vida Divina”.

 

Es esta nuestra naturaleza original en la que Dios nos creó en total perfección. Solo así podremos también dar a Dios el amor, honor y Gloria que de cada uno a El pertenece, tal como era, y tal como hacía nuestro Padre Adán antes de separarse de la Voluntad Divina (“árbol de la Vida” -Génesis 2: 9), Vida y Acto primario de su vida y de sus actos. Por supuesto que no nos podemos separar de la Voluntad Divina como fuente de Vida, ya que es Inmensa, Infinita, etc., y en Ella Dios se encuentra en todo y en todos, pero sí podemos con nuestro libre albedrío, rechazarla como Vida primaria de nuestra vida y de nuestros actos, tal y como hizo Luzbel, y después nuestro Padre Adán, de quien heredamos todos nuestra presente condición.

Es en estos escritos que el Señor nos dio a través de Su Iglesia, donde Él nos manifiesta explicitadamente el “Misterio de Su Voluntad” (Efesios 1: 9 – Apocalipsis 10: 7) y no solo nos reitera cómo hacer Su Voluntad (ya manifestado en los Mandamientos, Las Escrituras y el Catecismo y Magisterio de la Iglesia), sino que también nos enseña esta dimensión de cómo “VIVIR EN SU VOLUNTAD” y todo lo que esto encierra.

 

 

 

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Esto es tan increíblemente importante, pero también tan increíblemente simple, que pocos lo querrán creer al principio, pues aunque es este el modo en que Dios restaurará todo y todos a su origen, tan solo requiere que conozcamos este Don, que lo querramos libremente, que lo acojamos totalmente y que lo hagámos vida en nosotros, y por supuesto, que siempre hagamos en TODO, la Voluntad de Dios, pues sería imposible “vivir en Su Voluntad” si no hacemos siempre Su Voluntad. Dios hará todo lo demás.

“Vivir en la Divina Voluntad”, es decir, “hacer la Voluntad de Dios como en el Cielo así en la tierra”, es el Reino que pide el Señor en el Padre Nuestro (“…VENGA a nosotros Tu Reino, hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo” Mateo 6: 10), que hemos estado pidiendo por los últimos 2000 años. Es por esto que me atrevo a decir: si Jesús, Verbo Encarnado, lo pidió y dejó a Su Iglesia pidiéndolo, ¿cómo entonces no ha de venir?

Cuando libremente acojamos y hagamos vida en nosotros el Don de Su Divina Voluntad reinante y obrante en nosotros que Él ahora nos quiere nuevamente dar, llegaremos finalmente a cumplir en plenitud esta oración, y como fruto de tal cumplimiento, el poder llegar a la plenitud de lo que El mismo pide al Padre:“Padre, que todos sean UNO, como Tú Padre en Mí, y Yo en Ti. Que sean UNO en Nosotros”. Juan 17: 21.

 

Este es el único Reino del que habla La Escritura, que ha de venir antes del fin del mundo, y en el que ya vivieron en la tierra nuestro Señor Jesucristo y nuestra Santísima Madre, REY Y REINA DE ESTE REINO, y que ahora, a través de los Conocimientos y Verdades que el Señor nos manifiesta en estos escritos, progresivamente Reinará “en la tierra como en el Cielo”, pues sabemos que “en Cristo, Dios nos ha dado a conocer el Misterio de  Su Voluntad… para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que TODO tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los Cielos y LO QUE ESTÁ EN LA TIERRA.” (Efesios 1: 9, 10), y que REINARÁ HASTA QUE

LUEGO, AL FINAL, Cristo entregue a Dios Padre el Reino, DESPUÉS de haber destruido todo principado, dominación y potestad, PORQUE DEBE  ÉL  REINAR  HASTA  QUE  PONGA  TODOS  SUS ENEMIGOS

BAJO SUS PIES 1 Cor. 15: 24, 25- Hebreos 10: 13 pues “al presente no vemos todavía que le está sometido todo” Hebreos 2: 8.

 

 

Es a través de los Conocimientos y Verdades que el Señor nos da ahora en estos escritos dentro del ámbito de Su Iglesia, que además de conocer lo

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que hizo Él en Sus Actos exteriores, conoceremos también lo que hizo en Su interior; no sólo lo que hizo Su Humanidad en Su Divinidad, y de cuyos frutos han vivido los que acogen a Cristo Jesús como Rey y Salvador, sino también lo que hizo Su Divinidad en Su Humanidad, para que también ahora “podamos así nosotros vivirlo en Él”, y Él vivirlo en nosotros” (Catecismo

# 521) en esta otra dimensión que ya nuestro Señor hizo, pero que a nosotros nos falta hacer, pues no es hasta ahora que Él quizo que la conociéramos, ya que todavía “no había llegado la hora”.

 

Es en vista a todo esto que podemos ahora entender las palabras de San Bernardo: “Sabemos de una triple venida del Señor.  Además de la primera  y de la última, hay una venida intermedia. Aquellas son visible, pero esta no… De manera que, en la primera venida el Señor vino en carne y debilidad; EN ESTA SEGUNDA EN ESPÍRITU Y PODER; y en la última en Gloria y Majestad”. ( Liturgia de las Horas-Tiempo de Adviento).

 

Es con toda esta perspectiva que podremos también ahora entender con mucha más claridad lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en los  números  671  al  675  (inclusive)  sobre  este  tema,  así  como  en         2 Tesalonicenses 2: 1- 12. Les exhorto a leerlo. CRISTO REY Reinará en cada corazón en la tierra, como Reina en el Cielo.

 

Les repito lo que el Señor le dice a Luisa el 17 de mayo de 1925:

“…si la Creación se atribuye al Padre, mientras que estamos siempre unidas las Divinas Personas en el obrar, la Redención se atribuye al Hijo y el “FIAT VOLUNTAS TUA” SE ATRIBUIRÁ AL ESPÍRITU SANTO. Es

precisamente en el “FIAT VOLUNTAS TUA” donde el Espíritu Santo hará desahogo de Su obra”.

 

Creo que con esto podemos también entender más claramente lo que le dice el Señor el 21de diciembre de 1937:

“Hija mía buena, está decretado en el consistorio de la Trinidad Sacrosanta que mi Voluntad Divina tendrá su reino sobre la tierra, y cuantos prodigios se necesiten los haremos, no ahorraremos nada para tener lo que Nosotros queremos. Pero Nosotros en el obrar usamos siempre los modos más simples, pero potentes, tanto, de arrollar Cielo y tierra y todas las criaturas en el acto que queremos.

Tú debes saber que en la Creación, para infundir la vida al hombre no se necesitó más que nuestro Aliento Omnipotente, ¡pero cuántos prodigios

 

 

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encerrados en aquel Aliento! Creamos al alma dotándola con las tres potencias, verdadera Imagen de nuestra Trinidad adorable…

 

Mira hija mía, el hombre con no vivir en nuestro Querer Divino, sus tres potencias han sido obscurecidas, y deformada nuestra Imagen adorable en él, de modo que ha perdido el primer Latido de Amor de Dios en el suyo; ha perdido el Respiro Divino en su respiro humano; más bien, no que lo haya perdido, sino que no lo siente, por eso no siente la circulación de la Vida Divina, el movimiento del bien, el calor del Amor Supremo, la Palabra de Dios en la suya, la vista para poder mirar a su Creador; todo ha quedado obscurecido, entorpecido, debilitado y tal vez también deformado.

 

Ahora,  ¿qué  cosa  se  necesita  para  restablecer  a  este  hombre?

VOLVEREMOS A INFUNDIRLE NUESTRO ALIENTO con más fuerte y

creciente amor, le infundiremos el Aliento en el fondo del alma, pondremos nuestro Aliento más fuertemente en el centro de su voluntad rebelde, pero tan fuerte de sacudirle los males a los cuales está unido; sus pasiones quedarán aterradas y aterrorizadas ante la potencia de nuestro Aliento; se sentirán quemar por nuestro fuego divino, y la voluntad humana sentirá la Vida palpitante de su Creador, al Cual, ella como velo Lo esconderá en sí misma y volverá a ser la portadora de su Creador. ¡Oh, cómo se sentirá feliz! Con nuestro Aliento la restaurararemos, la sanaremos, la restableceremos…

 

Mira entonces qué se necesita para hacer venir a reinar a nuestra Voluntad sobre la tierra: LA POTENCIA DE NUESTRO ALIENTO OMNIPOTENTE; con él renovaremos nuestra Vida en el hombre. Todas  las verdades que he manifestado sobre los grandes prodigios del vivir en mi Querer, serán las propiedades más bellas, más grandes, de las cuales les haré don. También esto es una señal segura de que vendrá el reino de mi Voluntad a la tierra, porque si hablo, primero hago los hechos y después hablo, mi palabra es la confirmación del don, de los prodigios que quiero hacer; por eso, ¿qué finalidad tendría el manifestar mis propiedades divinas, hacerlas conocer, si no debiera venir su reino a la tierra?”

 

 

Y también lo que le dice el 2 de octubre de 1938:

“Hija mía buena, ánimo, si tú te abates perderás la fuerza de vivir siempre en mi Querer, no te preocupes por lo que dicen y hacen, toda nuestra

 

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victoria está en que no nos pueden impedir hacer lo que queremos, así que Yo puedo hablarte de mi Querer Divino, y tú puedes escucharme, ninguna potencia nos lo puede impedir. Lo que Yo te digo acerca de mi Querer no es otra cosa que el desenvolvimiento de nuestro decreto, hecho ‘ab eterno’ en el consistorio de nuestra Trinidad Sacrosanta: ‘Que nuestro Querer debe tener su reino sobre la tierra.’ Y nuestros decretos son infalibles, nadie nos puede impedir que se lleven a cabo.

Así como fue decreto la Creación y la Redención, así es decreto nuestro el reino de nuestra Voluntad sobre la tierra, por eso, para cumplir este nuestro decreto, Yo debía manifestar los bienes que hay en él, sus cualidades, sus bellezas y maravillas; he aquí la necesidad por la cual Yo debía hablarte tanto, para poder cumplir este decreto.

 

Hija, para llegar a esto Yo quería vencer al hombre por caminos de Amor, pero la perfidia humana me lo impide, por eso usaré la Justicia, barreré la tierra, quitaré a todas las criaturas nocivas, que como plantas venenosas envenenan las plantas inocentes.

 

CUANDO HAYA PURIFICADO TODO, mis verdades encontrarán el camino para dar a los sobrevivientes la Vida, el bálsamo, la paz que mis verdades contienen, y todos las recibirán, les darán el beso de paz, y para confusión de quien no las haya creído, más bien las ha condenado, reinará y tendré mi reino sobre la tierra: ‘Que mi Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra.’

 

Por eso te repito, no nos apartemos en nada, hagamos nuestro camino y cantaremos victoria, y ellos que hagan su camino, en el cual encontrarán confusión y vergüenza de ellos mismos. Les sucederá a ellos como a los ciegos que no creen en la luz del sol porque ellos no la ven, ellos quedarán en su ceguera y aquellos que la ven y creen gozarán, se llenarán de júbilo con los bienes de la luz, con sumo contento para ellos.”

 

 

 

Es este también el Reino de Jesús en la Eucaristía, pues es solo en Su Voluntad Reinante y obrante en nuestras almas como vida y acto primario de todo nuestro ser, de toda nuestra vida y de todos nuestros actos (nuestra naturaleza original), que podremos acoger en plenitud Su Vida que nos da en este Santísimo Sacramento. Será entonces que podremos verdaderamente

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“acoger, ver, sentir y vivir” en nuestras almas, Su Presencia real en la Eucaristía, y será entonces que podremos también tener la capacidad para darle verdadera correspondencia a Su Infinito Amor, con Su misma Vida.

El 25 de septiembre de 1913 Jesús le dice a Luisa:

“¡Pobre de Mí, cómo me tratan en el Santísimo Sacramento! Y tantas almas devotas que me reciben, tal vez todos los días; deberían ser otras tantas santas si bastara el centro de la Eucaristía, y en cambio, cosa de llorar, están siempre en el mismo punto: vanidosas, iracundas, escrupulosas, etc., ¡pobre centro del Santísimo Sacramento, cómo quedo deshonrado!

… te digo que los mismos Sacramentos producen sus frutos según las almas están sujetas a mi Voluntad, y según la conexión que tienen con mi Querer así producen sus efectos. Y si conexión con mi Querer no hay, me comulgarán pero quedarán en ayunas, se confesarán pero quedarán siempre sucias, vendrán a mi Presencia Sacramental, pero si nuestros quereres no se identifican, estaré para ellas como muerto, porque sólo mi Voluntad en el alma que se hace sojuzgar por Ella, produce todos los bienes y da vida a los mismos Sacramentos….”

 

El Señor le dice el 5 de noviembre de 1925:

“Tu amor no se detenga, recorra todos los Tabernáculos, cada Hostia Sacramental, y en cada Hostia oirás gemir al Espíritu Santo con dolor inenarrable. El Sacramento de la Eucaristía no es sólo Su Vida a la Gracia lo que reciben las almas, sino es mi misma Vida que se da a ellas, así que el fruto de este sacramento es FORMAR MI VIDA EN ELLAS, y cada Comunión sirve para hacer crecer mi Vida, para desarrollarla, DE MODO DE PODER DECIR: “YO SOY OTRO CRISTO.”

 

Pero, ¡ay de Mí! cuan pocos lo aprovechan, es más, cuántas veces desciendo en los corazones y me hacen encontrar las armas para herirme y me repiten la tragedia de mi Pasión, y en cuanto se consumen las especies sacramentales, en vez de incitarme a quedarme con ellas, soy obligado a irme bañado en lágrimas, llorando mi suerte sacramental, y no encuentro quien calme mi llanto y mis gemidos dolientes.

Si tú pudieses romper esos velos de la Hostia que me cubren, me encontrarías bañado en llanto conociendo la suerte que me espera al descender en los corazones”.

 

El 17 de octubre de 1928 le dice:

“Yo aquí en este Tabernáculo, ruego continuamente, ¿pero sabes tú cuál es

 

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mi primera petición? Que mi Voluntad sea conocida, que Su Imperio que me tiene escondido impere sobre todas las criaturas y reine y domine en ellas, porque ENTONCES MI VIDA SACRAMENTAL TENDRÁ SU FRUTO COMPLETO…”

 

Después de haber leído todos estos escritos y aunque en mi indigna y pequeñísima capacidad, me atrevo a decir que el tiempo se ha cumplido, y que el Reino de Dios EN LA TIERRA: el Reino de Su Divina Voluntad “EN LA TIERRA (en nosotros) como en el Cielo (como en Dios)”, se establecerá progresivamente, pues es en cada uno de nosotros que se debe primero constituír este Reino hasta que llegue a la plenitud universal, aunque en diversos grados según Sus Designios, y según la disposición de cada alma a este Don.

Esto es un decreto Divino y tomará lugar según Sus Designios y en cumplimiento de Las Sagradas Escrituras, pero que requiere primero esa prueba final a la Iglesia a la cuál el Catecismo en el # 675 hace referencia.

ES ESTA LA VERDADERA NUEVA ERA ESPERADA POR TODOS, Y ES NUESTRA SANTÍSIMA MADRE QUIEN HA ESTADO DISPONIENDO A TODAS LAS ALMAS Y A TODOS LOS PUEBLOS PARA RECIBIR ESTE REINO.

 

ES ELLA LA REINA Y LA PORTADORA DEL REY. Es Ella Quien

nos trae el Reino. Me refugio pues en Su Inmaculado Corazón y oro incesantemente pidiendo a Ella, Quien por designio de Dios, es también Corredentora, Medianera y Abogada nuestra, que nos ayude a disponernos y a prepararnos a recibir nuevamente este Don de vivir en Su Divina Voluntad, que en Jesús Nuestro Señor y POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO, nuevamente hará Reinar a Dios, UNO y TRINO, en cada uno de nosotros, pues repito: sólo en la Divina Voluntad Reinante y obrante en nosotros, y nosotros obrante en Ella, como Vida de todos nuestros actos y de todo nuestro ser, podremos nuevamente ser UNO en Él.

El Señor le dice a Luisa durante la 1ra Solemnidad de la fiesta de Cristo Rey en 1925: “Vengo como Rey en medio de los pueblos……MI MADRE CELESTIAL OS HARÁ DE MADRE Y REINA. Ya Ella va girando en medio de los pueblos y las naciones, para disponerlas y prepararlas a recibir el dominio del Reino de mi Voluntad……a Ella le confío, a su amor Materno,

 

 

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el que me disponga las almas y los pueblos para recibir un Don tan grande.”

 

Luisa nos dice el 7 de octubre de 1928

“…así como la Soberana Señora venció a Su Creador y entretejiéndolo con sus cadenas de amor lo atrajo del Cielo a la tierra para hacerle formar el Reino de la Redención, así mismo, LA CORONA DULCE Y PODEROSA DE SU ROSARIO LA HARÁ DE NUEVO VICTORIOSA, triunfadora delante de la Divinidad, para conquistar el Reino de la Divina Voluntad….”

 

El Señor le dice a Luisa el 19 de mayo de 1931

“Mi Voluntad es Potencia que debilita todos los males y todas las potencias infernales; es Luz que se hace conocer por todos, y donde Ella Reina hace sentir Su Potencia, que ni siquiera a los mismos demonios les es posible desconocer, por eso LA REINA DEL CIELO ERA Y ES, EL TERROR DE TODO EL INFIERNO”.

 

Le dice el 13 de marzo de 1932

“Así que este Reino fue ya formado por Mí y por la Celestial Señora. Ya existe, solo que se debe dar a las criaturas; para darlo es necesario conocerlo, y como Ella es la criatura más santa y más grande, y que no conoció otro reino que el de mi Divina Voluntad, Este ocupa el primer lugar en Ella, y por derecho, LA CELESTIAL REINA SERÁ LA ANUNCIADORA, LA MENSAJERA Y LA CONDUCTORA DE UN REINO TAN SANTO. Por

eso, ruégale e invócala, y Ella te servirá de guía y de maestra…”

 

Y también el 14 de mayo de 1935

“Sin embargo, hija mía, el Reino de mi Divina Voluntad infaliblemente llegará. Tú calculas humanamente y por eso su Advenimiento te parece difícil…y además, ¿no está acaso la Reina del Cielo, que con su dulce imperio ruega continuamente que este Reino venga a la tierra? ¿Y cuándo  le hemos negado algo a esta Madre Celestial? Ella impetra con pleno derecho este Santo Reino, el cuál indudablemente le será concedido, y por eso, será también llamado: EL REINO DE LA REINA CELESTIAL.”

 

El 10 de febrero de 1937, La Santísima Virgen le dice a Luisa:

“Hija de mi materno corazón, EL REINO DE LA DIVINA VOLUNTAD SERÁ MI REINO. A mí la Trinidad Sacrosanta me lo confió cuando me confió al Verbo Eterno; cuando descendió del Cielo a la tierra, así me  confió su Reino y el mío.

 

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Por eso mis suspiros son ardientes, mis oraciones incesantes, no hago mas que asaltar a la Trinidad Santísima con mi amor,  con mis derechos de  Reina y de Madre que me dio, a fin de que lo que me confió salga a la luz y forme su vida, para que mi Reino triunfe en la faz de la tierra.”

 

En La Llamada Materna de la Reina del Cielo le dice:

“Has de saber que yo recorreré todo el mundo, iré a cada alma, a todas las familias, a todas LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS, a todas las naciones, a todos los pueblos, y, si es necesario, recorreré siglos enteros, hasta que como Reina, haya formado a mi pueblo, y como Madre, a mis hijos, los cuales conocerán y harán reinar por doquier a la Divina Voluntad”.

 

Como conclusión, y pidiendo nuevamente la unción del Espíritu Santo para mí y para Ustedes en este momento, me atrevo a presentarles este diálogo entre Luisa y el Señor, que aunque es de uno de los volúmenes finales, siento que debo exponerlo aquí, ya que en estas palabras del Señor podremos entender algo, aunque muy poco sin haber leído los volúmenes anteriores, de lo que quiere decir “…que la Voluntad de Dios se haga en la tierra como en el Cielo”, y “que todos sean UNO en Nosotros”:

 

9 de agosto de 1937

“Entonces pensaba entre mí: “Dios mío, ¿quién podrá corresponderte  y pagarte por tanto Amor tuyo? ¡Ah! tal vez sólo la Reina del Cielo puede vanagloriarse de haber correspondido a su Creador en amor, ¿y yo? ¿Y yo?” Y me sentía oprimida, y mi siempre amable Jesús haciéndome su breve visita, todo bondad me ha dicho: “Hija de mi Voluntad, no temas, para quien vive en mi Voluntad hay sumo acuerdo en el amor, porque MI VOLUNTAD POSEYENDO SU VIDA EN LA CRIATURA, duplica su Amor, y cuando quiere amar, ama en Sí misma y ama dentro del alma, porque en ella posee su Vida; en mi Querer el amor está en sumo acuerdo; los gozos, la felicidad del puro amor están en pleno vigor.

 

 

Nuestra paterna bondad es tanta para quien vive en nuestro Querer, que numeramos los respiros, los latidos, los pensamientos, las palabras, los movimientos, para corresponderlos con los nuestros y llenarlos todos de amor, y en nuestro énfasis de amor le decimos: “Nos ama y la debemos amar.”

 

 

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Y mientras la amamos hacemos desahogo de tales dones y gracias, de dejar estupefactos a Cielo y tierra; esto hicimos con nuestra Reina, desahogamos tanto; ¿pero sabes tú qué significa este nuestro desahogar? Nos miramos a Nosotros mismos y queremos dar lo que somos y lo que poseemos, la desemejanza nos pondría en pena, y la criatura viéndose desemejante de Nosotros, no estaría con Nosotros con aquella confianza de hija y con aquel dominio de cuando se poseen los mismos bienes, los mismos dones; esta disparidad sería un obstáculo para formar UNA SOLA VIDA y para amarnos con un solo amor, mientras QUE EL VIVIR EN NUESTRO QUERER DIVINO ES PROPIAMENTE ESTO, UNA SOLA VOLUNTAD, UN SOLO AMOR, BIENES COMUNES, Y TODO LO QUE PODRÍA FALTAR A LA CRIATURA SE LO DAMOS DE LO NUESTRO PARA SUPLIRLA EN TODO Y PODER DECIR: “LO QUE QUEREMOS NOSOTROS QUIERE ELLA, NUESTRO AMOR Y EL SUYO ES UNO SOLO, Y ASÍ COMO LA AMAMOS NOSOTROS, ELLA NOS AMA.”

 

Hija mía, nos faltaría la fuerza si no eleváramos a la criatura que vive en nuestra Voluntad hasta el nivel de nuestra semejanza y hacerla poseer nuestros bienes, tan es verdad, que mi Madre Celestial, como vivía en mi Voluntad poseía la misma Vida de Ella, nos amamos con un solo amor y amamos a las almas con un amor gemelo”.

 

En el siguiente capítulo, el 15 de agosto de 1937 el Señor le dice a Luisa:

“Hija mía, no hay nada de que maravillarse, lo que te digo es la pura verdad, mi Voluntad es todo y puede todo, y no poner en nuestras condiciones a quien vive en Ella no es de nuestro Ser Supremo, a lo más se puede ver que EN NOSOTROS ES NATURALEZA, Y PARA QUIEN

VIVE EN ELLA ES GRACIA, participación, desahogo de nuestro amor, Voluntad nuestra que quiere que así sea la criatura. Por eso queremos que viva en nuestro Querer, para hacer que sus actos y los nuestros estén fundidos juntos y suenen con un mismo sonido, tengan un mismo valor, un solo amor.

 

 

Resistir a un acto nuestro ni podemos ni queremos, es más, tú debes saber que el vivir en nuestro Querer es UNIDAD, tanto, que si la criatura ama, Dios está a la cabeza de su amor, así que el amor del uno y de la otra es uno solo; si piensa, Dios está a la cabeza de su pensamiento; si habla,

 

 

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Dios es principio de su palabra; si la criatura obra, Dios es el primer actor y obrador de sus obras; si camina, Dios se pone a la cabeza de sus pasos.

 

POR ESO EL VIVIR EN MI VOLUNTAD NO ES OTRA COSA QUE LA VIDA DE LA CRIATURA EN DIOS, Y LA DE DIOS EN ELLA;

dejar separada de nuestro amor, de nuestra potencia, de nuestros actos a quien vive en nuestro Querer nos resulta imposible, SI UNA ES LA VOLUNTAD todo lo demás va junto, unidad de amor, de obras y de todo.

 

He aquí por eso que el vivir en nuestro Fiat Divino es el prodigio de los más grandes prodigios, jamás visto ni oído; es nuestro amor exuberante, que no pudiendo contenerlo queríamos hacer este prodigio que sólo un Dios podía hacer en la criatura, pero que ingrata no aceptó; pero Nosotros no hemos cambiado Voluntad a pesar de que hemos sido combatidos, y reprimido nuestro amor en forma que nos hace sentir espasmos; usaremos tales excesos de amor, tales industrias y estratagemas, que lograremos nuestro intento: QUE UNA SEA NUESTRA VOLUNTAD CON LA DE LA CRIATURA.”

 

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“En Cristo, Dios nos ha dado a conocer EL MISTERIO DE SU VOLUNTAD… para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los Cielos y LO QUE ESTÁ EN LA TIERRA”. (Efesios 1: 9, 10).

 

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Queridos hermanos en el Señor, en vista a todo lo que les presento en esta introducción, me atrevo también a exhortarlos a meditar y discernir varias citas de la Santa Biblia que considero relevante a este tema:

Isaias 11: 2, 4, 6-9,   Isaias 65: 17, 19, 20, 25,   Hechos 3: 20, 21,   Romanos

8:  19-23,    2  Pedro  3:  13,    Apocalipsis  1:  4,  8,19,  Apocalipsis  11:  17,

Apocalipsis 19: 13, 15, 16,   Apocalipsis 21: 3, 4, 7,   Apocalipsis 22: 3, 4, 5,

13, 14.

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“…Por Su Voluntad todas las cosas existen y fueron creadas”

Apocalypsis 4:11

 

La Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad”

 

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1 Tim. 2: 4

 

La Voluntad de Dios es vuestra Santificación; …Asi pues, el que esto desprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os hace Don de Su Espiritu Santo

1Tes. 4: 3, 8

 

 

“!YA NO HABRÁ DILACIÓN! SINO QUE EN LOS DÍAS EN QUE SE OIGA LA VOZ DEL SÉPTIMO ANGEL, CUANDO SE PONGA A TOCAR LA TROMPETA, SE HABRÁ CONSUMADO EL MISTERIO DE DIOS, SEGÚN LO HABÍA ANUNCIADO COMO BUENA NUEVA A SUS SIERVOS

LOS PROFETAS”. Apocalípsis 10: 7.

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El 27 de agosto de 1926, el Señor le hacía ver a Luisa al Padre Annibale di Francia cuando Él le decía:

“Hijo mío, el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será este:

EL REINO DE LA DIVINA VOLUNTAD ENTRE LAS CRIATURAS                                                                                                                      – LIBRO DE CIELO– EL LLAMADO A LA CRIATURA AL ORDEN, AL PUESTO Y AL FIN PARA EL CUAL FUE CREADA POR DIOS”.

 

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Oremos incesantemente para que la Iglesia pueda pronto publicar la versión oficial de estos escritos y difundirlos en el mundo entero.

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Con estas citas y por Gracia de Dios, concluyo esta comunicación en el Amor del Señor y de nuestra Santísima Madre. ¡Que la Paz y la Gracia del Señor sea con vosotros!

 

Vuestro hermano en Cristo Jesús.

 

NOTA DEL AUTOR DE ESTA COMUNICACIÓN:

 

Después de discernir en intensa oración, sentí la necesidad de hacer esta comunicación de una manera anónima, pues lo importante es el mensaje y no el mensajero. ¡Que vuestros corazones se abran a la Luz del Espíritu Santo para que os ilumine sobre esta comunicación!

 

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LES RECUERDO NUEVAMENTE QUE EL SEÑOR PIDE QUE ESTOS ESCRITOS SEAN LEÍDOS EN EL ORDEN EN QUE FUERON DADOS,

Y EN SU TOTALIDAD. Les exhorto también a que los hagan llegar a aquellos hermanos Sacerdotes y Religiosos a los que el Espíritu Santo  les guíe.

 

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Es mi sugerencia que bajen los escritos a un CD, y de este vayan imprimiendo los volúmenes según los lean. Les exhorto a que la lectura de estos escritos sea parte integral de sus lecturas diarias de la Sagrada Escritura, y que también sean releídas continuamente.

 

El 24 de diciembre de 1929 el Señor le dice a Luisa:

“Si tu supieras cuánta Luz hay en todo lo que te he manifestado acerca de mi Divina Voluntad (volúmenes 11 al 36), y cuánta más Luz resplandecería si fueran leídas y releídas, tu misma quedarías eclipsada y maravillada por el gran bien que harán.

 

…si mis Verdades manifestadas son puestas en el olvido, y no son puestas en un puesto de honor, quedan como sepultadas, pero los vivos no se sepultan; ellas son Luz que poseen y llevan Vida”…

 

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“La gracia, la misericordia y la paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán con nosotros según la verdad y el amor”.

2nda Epístola de San Juan vs. 3.

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El 29 de octubre del 2005, S.E. Monseñor Giovanni Battista Pichierri, Arzobispo de Trani, concluyó la fase Diocesana para

la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios,

Luisa Piccarreta.

LA CAUSA HA SIDO OFICIALMENTE TRANSFERIDA AL VATICANO.

 

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El tiempo se ha cumplido! He aquí el Triunfo Final del Inmaculado Corazón de María!

 

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DEO GRATIAS

 

 

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*( de la página 3) El 23 de abril de 1865, domingo “in Albis”, nació y fue bautizada Luisa Piccarreta, a quien Jesús llamó a ofrecerse como “víctima” para dar satisfacción con Él a la Divina Justicia y así obtener abundante Misericordia para sus hermanos. SETENTA AÑOS después, Ntro. Señor dijo repetidas veces por medio de Santa Faustina Kowalska, que el domingo “in Albis” tenía que ser para la Iglesia la fiesta de la Divina Misericordia. Precisamente el 23 de Abril de 1995, coincidiendo de nuevo el domingo “in Albis”, el Papa Juan Pablo II instituyó la Fiesta de la Divina Misericordia. En el año 2005, después  de otros SETENTA AÑOS, el ahora Siervo de Dios  Juan Pablo II fue llamado a la Casa del Padre durante el comienzo de la celebración litúrgica de esta Fiesta. En el número 1588 del diario de Santa Faustina, el Señor le dice que “Antes del día de la justicia, envía el día de la Misericordia”.

 

EL OSSERVATORE ROMANO Domingo 4 de septiembre de 2005 -09-06

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APOSTOL DEL SUFRIMIENTO SALVIFICO ALIMENTADA DE ESPIRITUALIDAD EUCARISTICA.

La conclusión de la fase diocesana de la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta.

 

El próximo 29 de octubre en la Iglesia Matrice de la ciudad de Corato de la región de la Puglia, Mons. Giovan Battista Pichierri, Arzobispo de Trani- Barletta- Bisceglie, cerrará la fase diocesana de la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta (1865-1947), humilde y oculta Terciaria Dominica, (crucificada) en una cama por más de sesenta años. Los Ordinarios Diocesanos, uno tras otro en el tiempo, con gran prudencia y mucha constancia -empezando con el dominicano Mons. Reginaldo Guiseppe Maria Addazi, seguido por Mons. Guiseppe Carata- se dieron a la tarea de redescubrir y rescatar su límpido testimonio de vida, mientras que los fieles continuaban perseverando en la siempre más extendida devoción hacia un alma tan excelsa.

Redescubrimiento y valorización

 

En los casi sesenta años trascurridos desde su muerte, se ha ido intensificando la meticulosa búsqueda de textos manuscritos o impresos de Luisa Piccarreta; han surgido grupos y asociaciones privadas inspiradas en su espiritualidad, sacando mucho provecho de la lectura de las obras publicadas.

Se obtuvo de la Santa Sede la autorización para trasladar los restos mortales de la Terciaria Dominica del Cementerio de Corato a su iglesia parroquial de Santa Maria Greca. Se rescató la casa que fue habitación de la Sierva de Dios por tantos años en Via Nazario Sauro, y fue erigida canónicamente la Pía Asociación de los “Pequeños Hijos de la Divina Voluntad”. Por caminos misteriosos, abiertos por la Divina Providencia, la figura y la espiritualidad de Luisa Piccarreta fue descubierta y valorada por un gran número de fieles de las dos Américas.

En la feliz concatenación de pasos de revalorización, el Arzobispo Mons. Carmelo Cassati obtuvo de las Congregaciones Romanas competentes el “nihil obstat” para la apertura de la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios, que tuvo lugar el 20 de noviembre de 1994, solemnidad de Cristo Rey del Universo; y ahora, finalmente hemos llegado a la conclusión de esta primera fase de la larga ascensión hacia el honor de los altares.

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El recuerdo de Luisa nunca ha estado sepultado, ni sus humildes y extraordinarias enseñanzas, ni el testimonio de su existencia evangélica, ni la edificación espiritual que atrae a las almas a seguir su ejemplo, ni el bien que continua derramando con su intercesión en el Cielo.

Tres acontecimientos verdaderamente históricos han coronado el camino de afirmación de Luisa Piccarreta en estos últimos años. Los Congresos Internacionales que se han tenido: en San José, Costa Rica, en diciembre de 1995; en Corato en octubre del 2002 y próximamente, también en Corato, del 27 al 29 de octubre. El Congreso Internacional de Costa Rica duró once días, se desarrolló teniendo cinco ricas conferencias cada día, más bien “meditaciones”, todas basadas en la Divina Voluntad así como fue vivida y enseñada por Luisa Piccarreta, se tenía por supuesto la Celebración Eucarística y adoración permanente (diurna y nocturna) al Santísimo Sacramento.

Algunos datos sirven para evidenciar la magnitud de aquél memorable Congreso: cerca de doscientos congresistas proveniente de dieciséis naciones de América, una representación de Italia y de la India, distintos obispos (entre los cuales el Ordinario de Trani-Barletta-Bisceglie, Mons. Cassati), cerca de trescientos sacerdotes, ciento cincuenta seminaristas y muchísimas religiosas.

Hacia el Congreso de octubre

 

El Congreso del 2002, que se desarrolló en el “Oasi di Nazareth de Corato”, con muchos participantes provenientes del extranjero, sirvió para poner de relieve el estado de la Causa. El último Congreso Internacional, previsto para el próximo mes de octubre, con ocasión de la clausura de la fase diocesana de la Causa de Beatificación de Luisa, contribuirá a poner en evidencia los aspectos sobresalientes respecto a la persona, la espiritualidad y la santidad de vida de Luisa Piccarreta, a la luz de los testimonios y de los documentos hallados en el curso de estos últimos años.

A propósito de la Causa, ya en 1994, apenas constituido el Tribunal Eclesiástico y publicado el edicto arzobispal para la recolección de los nombres de los testigos que se debían interrogar y de los escritos de Luisa Piccarreta, se ha verificado como la confluencia de una multitud de fieles en torno al lecho de la Sierva de Dios para escuchar sus sencillas y luminosas lecciones todas basadas en el Divino Querer, del mismo modo que ocurría cuando ella vivía. De hecho, el primer resultado del trabajo procesal ha sido el hallazgo y la catalogación de los diarios y de las publicaciones de las obras piccarretianas.

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En 1996, el Arzobispo Mons. Cassati, presentando una solicitud al entonces Card. Joseph Ratzinger, obtuvo del ex Santo Oficio fotocopia de los treinta y cuatro cuadernos autógrafos de la Sierva de Dios -recogidos en 1938 por el susodicho Dicasterio- y nombró a algunos insignes teólogos para la reexaminación de tales escritos y para un juicio sobre la ortodoxia del pensamiento de Luisa, que se debe adjuntar a las actas judiciales.

En el lapso de tiempo transcurrido desde su muerte, el fuego de estos escritos casi ha estallado y ahora el Tribunal ha podido constatar toda la benéfica entidad y alcance: ¡verdaderamente una mina de espiritualidad! También la difusión de las obras traducidas en las diversas lenguas constituye como un devoto peregrinaje y una religiosa escucha de su sencilla, humilde y eficaz palabra proclamada con la vida y con los opúsculos.

No se crea, sin embargo, que la Sierva de Dios haya sido una grafómana o alguien que tendía a hacer publicidad en torno a su persona. Por el contrario, fue extremadamente reticente a dictar o a poner por escrito el fruto de sus prolongadas contemplaciones nocturnas y de sus amorosos diálogos con su esposo Jesús. Cedió sólo a la obediencia a sus Confesores, el primero de los cuales fue el sacerdote Don Gennaro De Gennaro y San Annibale Maria Di Francia, su director y promotor de las primeras publicaciones.

Ha sido urgencia del Tribunal hacer propio de las actas un nutrido dossier de testimonios recogidos y verbalizados extra y antes del Proceso formal en los años 70 por el P. Bernardino Giuseppe Bucci y la autorización de Mons. Carata, para que no se perdieran, dada la avanzada edad de los testigos de visu et ex auditu, ahora ya fallecidos.

Por lo que se refiere al desarrollo de las sesiones para la ejecución de los testimonios sobrevivientes citados -todos invitados a las declaraciones juradas- se confirmó el consenso unánime acerca de la santidad y el ejercicio heroico de las virtudes teologales y cardinales de la Sierva de Dios; y no se viola ningún secreto si se afirma su unánime juicio, tanto más válido si se considera en el contexto de la invariada y creciente unanimidad de devoción siempre en acto de la opinión popular. A los miembros del Tribunal, bajo la guía del Postulador de la Causa, Don Lattanzio, les parecía revivir a través de las respuestas escuchadas, el entusiasmo de los cuatro días de exposición de los restos mortales de Luisa y del triunfal funeral del fatídico marzo de 1947, apoteosis y coronación de su existencia terrena.

Queriendo esbozar aunque sea un pálido perfil, los rasgos que quedan impresos podrían ser: Luisa Piccarreta gozaba, en la voz del pueblo, ya en vida del apelativo de “santa” y, como ya se señaló, todos la llamaban y aun la llaman “Luisa la Santa”.

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Esto no pretende adelantar el inapelable juicio que corresponde sólo a la Santa madre Iglesia -!no obstante haya un ardiente voto!- sino que denota sólo un juicio del pueblo, fuertemente golpeado por la simplicidad, transparencia y santidad de ella. Nunca hubo en ella actitudes clamorosas o de fenómenos extraordinarios: una existencia marcada por más de sesenta años de sufrimiento, de unión con Jesús sufriente; de uniformidad a la voluntad de Dios, a la cual se consagra con voto de víctima y con la gracia por ella querida de no tener signos visibles en el cuerpo; del trabajo a ella posible (recamado de bolillos) enseñado a las alumnas; de pobreza y de despego absoluto de los bienes terrenos, en un estado de continua oración. En la cotidianidad de sus deberes, un solo fenómeno extraordinario: el régimen de su alimentación y la rigidez corpórea nocturna que ella llamaba “su estado habitual”. Por el decir de cuantos la asistieron, Luisa se alimentaba poquísimo, sin algún daño a su salud. De una cosa no podía prescindir: de la Santísima Eucaristía.

Cuenta en su autobiografía que siendo adolescente: «la Comunión se convirtió en mi pasión predominante. En Ella concentré todos mis afectos. Era feliz al oír hablar a Jesús, y cuánto me costó el quedar privada de Ella, porque era obligada por la familia a ir con ella a la masada, donde debía permanecer por largos meses sin la Misa y sin la Comunión.

En coloquio con el Esposo

 

Su coloquio con el Esposo Divino se extendía largamente en la noche, provocándole la rigidez de los miembros, de lo cual sólo podía espabilarse mediante la obediencia al sacerdote que acudía cotidianamente a casa para la celebración de la Santa Misa o para la Comunión Eucarística. El resto de la jornada lo transcurría entre el trabajo y la acogida sonriente a aquellos que venían a pedir consejo o consuelo. Afirma Don Benedetto Calvi, último confesor e incomparable difusor de su figura y de sus escritos: “Su pequeño lecho se convertía en una maravillosa cátedra de la cual, con sabiduría y unción divina, íntimamente cambiaba a las almas. No pocas salían de su habitación visiblemente cambiadas, asombradas y conmovidas, y dispuestas a purificarse con una Santa Confesión”. Para todos, el ejemplo de una santidad normal, cotidiana, ordinaria, consistente en la simplicidad y humildad de vida, en sus breves exhortaciones, en el esfuerzo de intenciones sobrenaturales y en la perfección de sus actos: es el estilo de santidad que actualmente es buscada por la mayor parte de los fieles.

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La espiritualidad caracterizante de la vida, del hablar y de los escritos de la Sierva de Dios, fue el “hacer la Voluntad de Dios», “el ser la pequeña Hija del Divino Querer” y “la misionera del Reino de la Voluntad de Dios«, a la luz de la afirmación de Jesús: “Mi alimento es hacer la voluntad de Aquel que me ha enviado» (Jn 4, 34) y de la célebre oración del Santo dominico Alberto Magno: «Señor, yo quisiera ser Tu amadísima Voluntad«. Por lo tanto, las exhortaciones, los diarios, los libros y los consejos eran hechos, a la luz del “fiat voluntas Tua”, así como Jesús hizo, enseñó y nos sugiere en la oración del Padre Nuestro.

Desde este punto principal se explica el ejercicio constante y heroico de las virtudes de Luisa, especialmente su imperturbable serenidad en las pruebas que debió sufrir. Durante la vida se vio muchas veces visitada, examinada, observada e interrogada por autoridades eclesiásticas, por superiores, por sacerdotes y religiosos de notable cultura teológica y ascética, pero permaneció perfectamente serena y sobre todo humilde y obediente a la voluntad de Dios que se manifiesta a través de la Iglesia y sus ministros. Y ahora parece que sea únicamente la augusta voluntad divina a remover los obstáculos y a promover la difusión de una espiritualidad tan necesaria actualmente para la salvación de la humanidad.

Maestra y misionera del Divino Querer, lo propone no “con palabras de sabiduría humana”, en un areópago de sabios de la tierra, sino como fruto de su amor a Dios, como humildísima mujer del pueblo, con un grado de cultura apenas elemental, con una existencia casi de sepultada y “escondida con Cristo en Dios” (Col 3, 3).

Espíritu de Obediencia

Resplandece en la Sierva de Dios su espíritu y la práctica de la obediencia a la Santa Iglesia. Ya se ha hecho mención de los actos de obediencia respecto a los escritos y para la liberación cotidiana de “su habitual estado”. Su plena sumisión al juicio de los superiores eclesiásticos ha sido la perla más fúlgida de su alma. Ella misma –es bueno resaltarlo – infundía tal sentimiento en los sacerdotes, que parecían involucrados en su caso. Por eso, fue siempre tenida en gran estima por todos los Arzobispos que se sucedieron en la Diócesis, por los sacerdotes del lugar y por los religiosos que se interesaron en ella. Luisa queda en el cielo como una luminaria de esta virtud en una época no exenta de contestaciones, fruto del “non serviam” serpenteante en las relaciones de Iglesia, de familia, de naciones y de convivencia social.

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Un último toque para un perfil espiritual casi completo de la Sierva de Dios se evidencia de las conclusiones del Proceso, y son: apóstol del sufrimiento salvífico.

El hombre contemporáneo, que se fía de las certezas de sus conquistas científicas, tecnológicas y sociales, rehuye el misterio de la cruz, del dolor del sufrimiento, lo interpreta casi como aniquilamiento de su dignidad, no lo comprende, y trata de eliminarlo de la historia.

Con sabiduría evangélica, Luisa Piccarreta propone la cruz con términos concretos y populares y con incisivos ejemplos, como remedio y salud del mundo. En ella la cruz es dolor fecundo en unión con Cristo crucificado y siempre místicamente inmolado en la Eucaristía; es un dolor lleno de amor, es dolor voluntariamente escondido y siempre en línea y en sintonía con el Fiat, pronunciado en Nazareth y renovado en el Calvario por María Santísima, de quien Luisa fue tan devota.

Por lo tanto, nunca lamentos, sino sólo unión con Cristo víctima de reparación delante de la Justicia de Dios en favor de los hombres: al cáliz desbordante de los méritos de Cristo paciente, ella nos recuerda que es necesario agregar la gota del hombre para cooperar a su misma Redención. A cuantos se dirigían a ella para implorar de Dios consuelo en las penas de la vida, nunca escondió esta sublimación del sufrimiento, Vía Crucis seguido por ella hasta el Getsemaní y hasta el “consummatum est” del 4 de marzo de 1947.

Creemos que no exageramos si afirmamos que Luisa Piccarreta se ha convertido en una criatura que ha dejado signos indelebles de los carismas, de las funciones y del apostolado desarrollado y, por misteriosa disposición de la voluntad de Dios, brilla como estrella en el firmamento de la santidad de Cristo, reflejada en innumerables aspectos en los hermanos y hermanas unidos a ella. El espíritu de las virtudes practicadas por ella queda y se convierte siempre más, no obstante haya pasado tanto tiempo, en estímulo y ejemplo para todos para recorrer el mismo camino de santidad.

Esta humilde laica, anciana y perennemente joven en la frescura de su carne tan martirizada por tan larga e inexplicable enfermedad (no se ha hallado ningún diagnostico preciso), toda paz, serenidad, humildad e inocencia, de lo

alto de los Cielos interceda protección celestial.

por

nosotros peregrinos y nos obtenga la

SABINO LATTANZIO

Postulador

 

PIETRO CIRASELLI

Juez Delegado

Cristina

Vivir en la Divina Voluntad es poseer al mismo Dios, su Vida -que son sus actos los cuales esconden sus atributos- y por lo tanto, es vivir la misma Vida Divina. Se dice pronto.... pero para esto nos creó el Creador. Bendito sea su Nombre: YO SOY. El es un eterno presente y todo lo que hay hecho está en acto de hacerse para tomarlo en cualquier momento.